lunes, 12 de enero de 2009

La comunicación de un plan de reactivación


No resulta fácil anunciar un plan de reactivación. Por un lado debe generar confianza en la ciudadanía respecto a la capacidad gubernamental para paliar los aspectos negativos de la crisis, pero por otro lado, debe contener el crecimiento desmedido de expectativas de sectores específicos. Después de un año plagado de demandas sectoriales, la comunicación del plan reactivador requiere de ciertos cuidados.

El paquete de medidas anunciado por la Presidenta Bachelet generó aprobación y consenso dentro del espectro político nacional y en la ciudadanía en general. Actores tan diversos como la secretaria general de Renovación Nacional, Lily Pérez, el presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, el timonel del PPD, Pepe Auth y el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Rafael Guilisasti tuvieron buenos comentarios sobre el plan de reactivación.

El anuncio de un plan de medidas económicas siempre despierta nuevas expectativas para los distintos sectores económicos. De partida, debe generar confianza en la población sobre su efectividad en atenuar los efectos de la crisis. El mensaje debe tener la credibilidad necesaria como para que no sea considerado sólo como una declaración más de intenciones. En esta oportunidad, era necesario revertir el ambiente de pesimismo que existía en nuestro país.

Por otra parte, grupos de presión pueden tratar de hacer valer sus intereses particulares e incluso intentan obtener privilegios sectoriales en la asignación de recursos del plan económico. Siempre quedan expectativas no cubiertas, que generan críticas sobre el plan. Después de un año en que muchos grupos de presión hicieron prevalecer sus intereses sectoriales (Colegio de Profesores, Anef, subcontratistas Codelco, INP, etc.) por sobre los intereses nacionales, resulta normal el surgimiento de nuevas demandas, como es el actual caso de los productores de trigo.

En este caso, este es el octavo plan que el gobierno de Bachelet anuncia para estimular la actividad económica. Es el mayor plan reactivador presentado en Chile, con un presupuesto de 4.000 millones de dólares. Fue presentado por la propia mandataria, en una cadena voluntaria de televisión y radio. Así, muchos de los atributos de la mandataria fueron traspasados al anuncio del plan. La presidenta informó que el plan busca generar 100.000 nuevos puestos de trabajo y un crecimiento económico durante 2009 de entre 2 y 3%.

En cuanto al contenido, se incluyeron 11 medidas de distintas áreas, dirigidas tanto a las personas como a los sectores económicos. La medida más controvertida del paquete gubernamental fue el aumento de capital por 1.000 millones de dólares para la minera estatal Codelco, con el objeto de financiar un plan de inversiones. En este último tiempo, ha existido un importante debate acerca de la estructura de costos y productividad de la empresa.

El desembolso de recursos hará crecer el gasto fiscal chileno de forma récord y llegará a un 10,7% real, muy por arriba del 5,7% previsto en octubre, en un año en que se realizan elecciones en Chile. Por eso, en un año de elecciones el anuncio de un plan de reactivación presenta un desafío comunicacional adicional: cualquier medida puede ser interpretada como una intervención electoral. Sin embargo, el resultado final del proceso comunicacional fue un amplio consenso.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
Artículo publicado en sitios web www.gestcom.cl y www.dbgroup.cl

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