lunes, 26 de mayo de 2008

Celebración del 1° de Mayo

La creciente internacionalización de empresas chilenas presenta nuevas oportunidades de aprendizaje en materia de gestión organizacional. El ingreso a otros mercados siempre implica desafíos, no sólo en cuanto a capacidad de innovar o de adaptarse rápida y eficientemente a desconocidas realidades, sino también en entender características y motivaciones de una nueva fuerza laboral.

Horst Paulmann así lo comprende y al adquirir en Perú la cadena de supermercados Wong, mantiene la tradición que la empresa ha realizado desde 1986 con ocasión del Día internacional del Trabajo. La festividad, que se realizó este año en el Centro Cultural Villa de Chorrillos en la ciudad de Lima, congregó a los 9.000 trabajadores con sus respectivas familias, alcanzando a un total de 20.000 personas.

En una jornada totalmente dedicada a ellos, los empleados de cada tienda prepararon un show distinto, transmitiéndose en directo por algunos canales de televisión. Así, personas ajenas a la organización pudieron ver a los propios trabajadores haciendo presentaciones musicales, representaciones y puestas en escena.

El evento, que constituye la más grande celebración que una empresa realiza en el Perú para su personal con ocasión del Día Internacional del Trabajo, fortalece la integración entre los miembros de la empresa y es una muestra de agradecimiento y reconocimiento a los colaboradores como parte fundamental en el éxito de la cadena de supermercados más importante del país.

Un buen ejemplo a imitar en la celebración del Día del Trabajo.

Andrés Jirón Santandreu
GestCom
Gerente General

Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom.cl/.


sábado, 10 de mayo de 2008

Relación trabajadores-empresa


Los resultados de una encuesta efectuada en Marzo de 2008 por el Consejo Asesor Presidencial Trabajo y Equidad contradicen algunos paradigmas existentes en la sociedad chilena: los trabajadores tienen en general buenas percepciones de su lugar de trabajo y de la relación que mantienen con la gerencia.

Perciben sus empleos como un espacio para el progreso social, personal y material y no como un espacio para la lucha de clases. Al mismo tiempo, la encuesta revela que tienen una buena opinión sobre el rol de los sindicatos y el beneficio que les reporta tenerlos.

Este estudio desvirtúa la percepción de escalamiento del conflicto laboral o de desigualdad de la relación de poder entre las partes involucradas. Es así que la predisposición general de los trabajadores hacia sus trabajos parece ser más un espacio de colaboración y cooperación que de conflicto y beligerancia.

Esto contrasta con la sensación generalizada en el último tiempo de un deterioro de las relaciones laborales. La encuesta nos demuestra que los chilenos parecen tener buenas percepciones de su empleo y de su relación con la gerencia. El 45% de las personas respondió que su trabajo ofrecía oportunidades para avanzar, versus un 37% que estaba en descuerdo. El 59% está de acuerdo con que su empleo da oportunidades para crecer y aprender, en contraposición a un 23% que opina lo contrario. Y un 56% afirma sentirse como en su casa en su lugar de trabajo, contra un exiguo 22% que piensa distinto. Al desagregarse estas respuestas por tamaño de empresas, hay un mayor número de respuestas positivas en las grandes empresas que en las pymes.

Respecto a la satisfacción y clima laboral, existen varios indicadores que ilustran las relaciones laborales existentes entre empresa y trabajadores. Casi un tercio (31,6%) de los trabajadores tiene temor de perder su trabajo. Sólo un 37% piensa que le pagan bien por el trabajo que hace, pero un 59,4% estima que su salario alcanza para el presupuesto familiar, índice un poco inferior en las pymes. A pesar de que un 54% confirma que tienen la libertad para decidir cómo hacer su trabajo, resaltan la escasa influencia que tienen en otros aspectos: un 75,2% y un 55,5%, respectivamente, declaran que no pueden influir en el salario que perciben ni influir en el ascenso de otras personas.

En cuanto a las relaciones laborales, un alentador 82% declara que las relaciones con sus pares y jefes directos son buenas o muy buenas.

En relación a las organizaciones sindicales, un 41 % aprueba la formación de sindicatos en sus empresas versus un 10,7% de los administradores y dueños. En las empresas con sindicatos, más de la mitad (54,1%) de los trabajadores están afiliados a uno. Los beneficios que aportan estas entidades se pueden resumir en un trato más justo (80,1%), mejores salarios (76,9%), mayor estabilidad laboral (76,8%) y mayor influencia en decisiones (70,5%). Un rotundo 81,2% estima que se debería aumentar la capacidad de los trabajadores de negociar colectivamente con sus empleadores.
Una gran mayoría percibe que las causas del éxito económico están radicadas en factores personales. El 40% cree que se debe a la iniciativa y talento personal, el 27% a la responsabilidad y trabajo duro, el 26% al nivel de educación alcanzado. Sólo un 9% piensa que se debe a herencias y un exiguo 7% a los pitutos.

La encuesta proporciona una imagen bastante más balanceada y conciliadora de lo que se observa en la discusión pública. Se observa un rol importante y positivo para los sindicatos, pero al mismo tiempo también se destaca la iniciativa individual y el esfuerzo personal.

Hoy en día debemos cambiar el actual paradigma del debate laboral, basado en uno de conflictos de suma cero, hacia uno de suma positiva, en que las diferentes partes, que incluyen a trabajadores, dirigentes sindicales, gerencia y dueños, entren en un proceso de construcción de confianzas mutuas y de cooperación organizacional, para lograr los objetivos propuestos de productividad, competitividad y eficiencia de los sistemas organizacionales.

En un entorno en que los conflictos sindicales han obtenido una mayor visibilidad en este último tiempo, esta encuesta revela un espíritu de armonía superior al que se podría imaginar. Esto demuestra que la capacidad comunicacional de algunos pocos supera a la de la gran mayoría.

Por eso, se hace necesario desarrollar las instancias de comunicación entre las partes involucradas, para poder hacer girar el debate laboral en una dirección más positiva, justa y eficiente.
Andrés Jirón Santandreu
GestCom
Gerente General

Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom.cl/.

jueves, 8 de mayo de 2008

Renovación de la agenda de capital humano en Chile

Para el desarrollo social y económico de Chile, la formación de capital humano se hace cada día más relevante y prioritaria. Como lo señalan dos informes de la OECD sobre la economía chilena y sus desafíos (2003, 2005), el disponer de una fuerza de trabajo competente puede contribuir significativamente al aumento del nivel de desempeño de la economía.

Sin embargo, debido a otras prioridades de la agenda educacional, la formación profesional y capacitación laboral de la fuerza de trabajo han sido temas omitidos por las políticas públicas, tal como lo consignan los dos ya mencionados informes de la OECD.

Esto contrasta con la experiencia internacional, que en forma unánime recomienda que los países incentiven a las personas a adquirir nuevas competencias a lo largo de su vida, mejorando así su empleabilidad y productividad. Se entiende por competencias el conjunto integrado de conocimientos, habilidades y actitudes que las personas ponen en juego para desempeñarse eficazmente en distintas organizaciones y entornos laborales. Generalmente estas competencias no son adquiridas en la educación escolar o universitaria, sino durante toda la vida laboral del trabajador.

El Aprendizaje a Lo Largo de la Vida (ALV) destaca precisamente que la Formación del Capital Humano sobrepasa la educación tradicional (pre-escolar, primaria, secundaria y terciaria) y se extiende durante todo el ciclo vital de la persona. Resulta trascendental que los trabajadores ingresen al mercado laboral con una sólida base de competencias técnicas y de empleabilidad que les permita insertarse, mantenerse y desarrollarse en forma exitosa dentro de las organizaciones, o en caso contrario, puedan actualizarse a través de la formación profesional y de la capacitación en competencias técnicas y genéricas, con la consiguiente certificación de competencias laborales.

Ante los grandes cambios experimentados en materias de organización general de las empresas, de sus sistemas de producción y de la organización del trabajo, se hace imprescindible una fuerza laboral preparada, capacitada y competente. En la actual y cambiante realidad económica, las empresas han comenzado a pensar en las competencias que deben estimular y en las formas en que éstas pueden ser compartidas y desarrolladas con sus colaboradores. Al establecer nuevas formas de producción como elementos diferenciadores en sus industrias, las empresas requieren cada vez más de perfiles de sus trabajadores con competencias específicas que les permitan mejorar su productividad, competitividad y calidad.

La importancia que en hoy en día se le otorga a la flexibilidad, adaptabilidad, autonomía e interdependencia en el cumplimiento de las funciones laborales, ha llevado a valorar especialmente las competencias de tipo genérico. Además de los conocimientos, generalmente transmitidos a través de la educación tradicional, surge la imperiosa necesidad de habilidades como la capacidad de trabajo en equipo, de resolución de problemas, de toma de decisiones, de autonomía y responsabilidad, de organización del trabajo, de dirección eficaz de equipos de trabajo, de habilidad comunicacional y de autoaprendizaje que permitan en definitiva reforzar la capacidad de innovación de las empresas. La planificación, organización, dirección, coordinación y control en la gestión organizacional requieren de habilidades de liderazgo, comunicación, negociación y venta de ideas que faciliten la consecución de los objetivos corporativos.

Andrés Jirón Santandreu
GestCom
Gerente General

Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom/.