viernes, 14 de enero de 2011

El gallito del Presidente Piñera


La reciente renuncia del ministro Ravinet contrasta brutalmente con el apoyo presidencial al ministro Raineri. Sus reacciones a la grave crisis regional provocada por la decisión -¿inconsulta?- de ENAP han sido avaladas por el Gobierno. Por eso, la petición de renuncia al ex DC actúa como elemento distractor en la agenda pública, diluye la crisis magallánica y constituye un implícito apoyo al ministro de Energía.

¿Pero qué hay detrás de esta decisión de mantener el alza del gas en Magallanes? ¿Qué motivaciones existen para perseverar en esta controvertida determinación? ¿Cuál es el beneficio de resistir estoicamente la presión ciudadana, caer en índices de popularidad, dilapidar capital político de un eventual presidenciable y alejar el inestable pero valioso voto de parlamentarios independientes?

Comparado con la suspensión de la construcción de Barrancones, las dispares reacciones sólo confunden a la opinión pública y al mundo político. Con el proyecto aprobado por la Corema de Coquimbo, la decisión presidencial produjo un conflicto con la empresa Suez Energy. Muchos pensaron que, producto de la presión ciudadana, el Jefe de Estado accedía al traslado de la planta. Pero la central termoeléctrica nunca se construyó y hoy, Suez Energy integra una comisión empresarial binacional (Francia y Chile), destinada a definir aspectos del desarrollo de la industria energética del país. ¿Cómo lograron convertir una derrota en un triunfo?

En cambio, el anuncio de Enap sobre el próximo reajuste del precio del gas en la región de Magallanes desencadenó una gran manifestación ciudadana. Aún así, la decisión del directorio de la empresa fue ratificada por el ministro Hinzpeter y luego por el Presidente Piñera. Las manifestaciones -en Magallanes y en Santiago- coparon de inmediato la agenda nacional. Dos lamentables muertes, una querella contra el titular de Energía, su próxima interpelación y la intervención de la Iglesia como mediadora, agravan aún más la crisis. La paralización regional es indefinida -con todas sus consecuencias políticas, sociales y económicas-y se define el vencedor de los contendores: ¿la región de Magallanes o el Jefe de Estado?

A primera vista, pareciera que esta situación contiene buenos criterios económicos con malos criterios políticos. Todos conocemos la situación financiera de Enap, con una deuda de 4 mil millones de dólares, y el error técnico que implica un subsidio costeado por una empresa pública y no por el Estado y sin ninguna segmentación de beneficiarios.

Desde una mirada económica, numerosas críticas han surgido ante la debilidad del paquete de medidas paliativas. ¿Qué costaba sacar primero estos subsidios de la operación financiera de Enap, traspasarlos al Estado y luego instalar en forma definitiva las disminuciones progresivas del subsidio? Por otra parte, el nombramiento del Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, como interlocutor válido en las negociaciones, refleja la prioridad del orden público por sobre el acuerdo. ¿Por qué no Jimena Bronfman, Subsecretaria de Energía o Rodrigo Álvarez, Subsecretario de Hacienda y oriundo de la región?

Para muchos, la actuación del Gobierno ha demostrado deficiencias en la capacidad de análisis político, como una evidente deficiencia en anticipar los efectos provocados. A los aspectos técnicos, habría que agregarle los aspectos políticos, señalan otros. Tanta torpeza, tanta falta de visión, tanta ineptitud, ¿espontánea o provocada?

El contexto es totalmente desfavorable para el mandatario -sin parlamentarios afines, con una pugna entre intendenta y gobernadora, con sus peores índices de aprobación (muy cercanos al piso electoral) y con críticas oficialistas y de oposición-, el panorama parece poco alentador para el Gobierno. No obstante, el Presidente Piñera sabe que un buen negocio es dónde se puede ganar mucho y perder poco…y él maneja la política y los negocios al límite. Con 98.672 votantes inscritos en los registros electorales-San Bernardo tiene 110.268-, la Región de Magallanes y Antártica Chilena no representa un costo político tan alto.

¿Pero qué podría ganar a cambio? A pesar de que el ministro Raineri afirma que no está en los planes del Gobierno privatizar Enap, sí reconoce que hay dos equipos jurídicos estudiando la incorporación de capitales privados al patrimonio de la empresa estatal (uno de ellos el estudio que integraba el titular del Interior, Rodrigo Hinzpeter). A su vez, el presidente de la federación de trabajadores del petróleo, Clemente Gálvez, confirma que empezaron un proceso de negociación con el ministro de Minería, Laurence Golborne, sobre temas como viabilidad de la empresa, plan estratégico, financiamiento, relaciones internas y acción de privados.

Aún más, el titular de Energía, Ricardo Raineri, no ha sido desmentido por ninguna autoridad de gobierno, a pesar de sus fuerte declaraciones: la refutada afirmación de “se les acabó la fiesta en Magallanes”, “fue un chiste lo que hizo la Concertación con Magallanes” o calificar la interpelación como “una gran oportunidad para el país”.

Y por eso sorprende que el ministro Raineri viaje la próxima semana a Bélgica y Francia, a recorrer centrales nucleares y a reunirse con la Agencia Internacional de Energía Atómica de la Ocde. Inicialmente, lo iba a acompañar el empresario Guillermo Luksic, quién a última hora desistió del viaje. Sin embargo, el presidente de Quiñenco debutará en abril como presidente del mencionado Comité Empresarial de Energía Chileno-Francés y viajará con el titular de Energía. Ambos se reunirán con Jean Louis Borloo, ministro galo de Energía y Desarrollo y Gerard Mestrallet, presidente del grupo franco-belga Suez, el mismo de la frustrada central Barrancones para ver oportunidades energéticas para nuestro país.

De que a nuestro Presidente le faltan habilidades comunicacionales ¿qué duda cabe? ¿De qué tiene talento para los negocios? ¿Alguien duda?
Columna publicada en La Tercera Online

jueves, 6 de enero de 2011

¿La nueva forma de gobernar?



La última meta impuesta por el Presidente Piñera a todos sus ministros refleja la profunda desorientación en que se encuentra La Moneda. La imposición del mandatario para que el 80% del gabinete supere el 50% de conocimiento en las encuestas del primer trimestre del 2011, implica un fuerte llamado de atención a los ministros María Ignacia Benítez (Medio Ambiente), Ricardo Raineri (Energía), Alfredo Moreno (Relaciones Exteriores), José Antonio Galilea (Agricultura) y Catalina Parot (Bienes Nacionales).

En la última encuesta Adimark, todos estos titulares de cartera aparecen con un nivel de conocimiento público inferior al 30% -la gran mayoría con tendencia a la baja, incluso-. Para revertir esta situación, la Secretaría General de Gobierno ha anunciado que se encuentra trabajando en una serie de desafíos y ejes comunicacionales para el 2011. Ya existe consenso que la prueba de fuego será la próxima encuesta CEP.

Sin embargo, no siempre el índice de conocimiento puede asimilarse al porcentaje de aprobación. Prueba de ello es el mismo Presidente Piñera, ampliamente conocido por todos los chilenos, pero con un índice de aprobación de sólo 47% -muy cercano al piso histórico de la Alianza en las últimas elecciones-. Por otra parte, él finaliza el año con un porcentaje de desaprobación del 43%, muy superior al obtenido en la misma fecha (diciembre 2006) por la ex Presidenta Bachelet al término de sus primeros nueve meses de mandato -poco antes de que explotara la crisis provocada por el Transantiago-. Por eso, los guarismos actuales del Presidente -consecuencia del rescate minero, pero también del escándalo ANFP-, preocupan enormemente al Gobierno. Hasta ahora el equipo asesor del mandatario no ha sido capaz de intervenir los indicadores cualitativos con que la ciudadanía percibe al Jefe de Estado. Si no pueden con él, ¿serán capaces de hacerlo con sus ministros?

Mucho más realistas, algunos miembros menos conocidos del gabinete han comenzado a contratar sus propios asesores. A través de Mercado Público.cl -plataforma de licitaciones de ChileCompra-, el ministerio de Bienes Nacionales solicitó un Servicio de Asesoría Comunicacional (Ficha de licitación Nº 3553-88-LE10). Publicada justo el jueves 23 de diciembre, el plazo de cierre para las postulaciones venció este lunes 3 de enero. El corto plazo y la complejidad de la fecha podrían de inmediato levantar suspicacias. Pero la no necesidad de toma de razón de la Contraloría y la no publicidad de las ofertas técnicas una vez adjudicada la licitación, sólo confirman la legítima duda que comienza a generar la nueva forma de gobernar.

Botín de guerra durante todos los gobiernos de la Concertación, el aparato estatal fue el medio para pagar todos los discretos, sutiles e imperceptibles favores políticos. Los traslados de un cargo a otro, la puerta giratoria entre servicio público y empresa privada y la negación de la responsabilidad política, consolidaron el espeso manto de duda que la opinión pública tiene acerca de la administración estatal. Esto fue lo que motivó a muchos electores a cambiar sus votos en favor de la Coalición por el Cambio. Sería lamentable que, con el esquivo apoyo al actual gobierno, la ciudadanía empezara a constatar las mismas prácticas que rechazó tajantemente en la Concertación.

En el caso del ministerio de Bienes Nacionales, son pocos los chilenos que conocen su función. “Reconoce, administra y gestiona el patrimonio de todos los chilenos” señala su misión. Sin embargo, la cuenta pública que dará hoy la ministra Parot no necesariamente logrará darle mayor visibilidad a su cartera. Habrá que analizar también si las próximas rendiciones de cuentas de los ministros Parot (Bienes Nacionales), Charme (RREE) y Galilea (Agricultura) logran sus objetivos comunicacionales específicos.Ni la presentación de la ministra Benítez (Medio Ambiente)ni la del ministro Raineri (Energía)lograron instalar en la agenda pública la gestión realizada, siendo desplazada por otros temas como el alza del gas en Magallanes, los relaves mineros o la construcción de hidroeléctricas.

Con mayor o menor nerviosismo, más dramatizadas o bien carentes de recursos escénicos, con o sin apoyos audiovisuales, las cuentas públicas no lograron enfocar la atención ciudadana en la gestión gubernamental realizada. En consecuencia, sin darle visibilidad a la eficiencia prometida y sin lograr capturar el cariño de los chilenos, la poco certera gestión comunicacional del gobierno sin dudas puede terminar perjudicándolo.

Por otra parte, las rendiciones de cuentas de los ministros tampoco han logrado cumplir a cabalidad su objetivo. Indudablemente, constituyen un gran avance en materia de transparencia, al sumar el control ciudadano. Más aún, en un contexto en que la Cuenta Pública ante el Congreso- el día 21 de mayo de cada año- tiende a convertirse en una maratón de anuncios más que en una rendición de cuentas. Han resultado ser un buen primer intento, pero todavía les falta mucho para cumplir sus objetivos: mostrar resultados, instalar temas y modificar comportamientos.
Publicado en La Tercera Online