martes, 28 de octubre de 2008

Las complejidades de una negociación interna

Los funcionarios de Cancillería rechazaron el plan de modernización que lleva adelante el Ministerio de Relaciones Exteriores. Según los trabajadores, el proyecto es ilegal porque no considera la participación de los funcionarios y por esto mismo analizan un plan de movilizaciones para esta semana.

Mientras los funcionarios del Registro Civil todavía siguen en estado de alerta por una eventual nueva paralización, las agrupaciones gremiales del Ministerio de RR.EE. ya anuncian su intención de iniciar un eventual paro. Esto es porque se oponen en forma unánime al proyecto de modernización de la organización presentado por las autoridades de la cartera. Son seis organizaciones gremiales (AEMRE, ADICA, APROFEX, ASSEC, ASEM y AFUD) que agrupan a 1500 funcionarios de la Cancillería que trabajan tanto en Chile como en el exterior. Ellas se resisten al proyecto de modernización presentado por el Ministro Foxley al Congreso, actualmente en la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados.

La Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) ya manifestó su apoyo a eventuales movilizaciones. Aducen que al no consultar los contenidos de la propuesta con los trabajadores, el plan transgrede la legislación chilena y los tratados internacionales firmados por Chile. Entre ellos, está el artículo 25 de la ley 19.296 y el Convenio 151 de la OIT en su artículo 7° que contemplan una mayor participación laboral.

Pero surge esta interrogante: ¿es sólo un problema de forma, es decir, de falta de metodología de las jefaturas en los procesos de administración del cambio? ¿O bien de fondo, en que el proyecto no acoge demandas ni planteamientos de los funcionarios en temas específicos?

Urgencia de modernización de la Cancillería

La globalización y la apertura a los mercados internacionales han puesto de manifiesto la urgente necesidad de modernizar la Cancillería. Dada la integración de Chile en el ámbito internacional y el cada vez mayor número de chilenos residiendo en el extranjero, se hace necesario que el servicio exterior chileno sea capaz dar respuesta oportuna en las áreas económica y política. De hecho, este tema fue mencionado por la Presidenta Bachelet en Junio del 2007 durante un encuentro en Suiza con la colonia residente chilena. Este año, este proyecto fue incluido en el Discurso Presidencial del 1° de Mayo.

Se trata, en consecuencia, de legítimos intereses estatales contrapuestos a legítimos intereses individuales. Una vez más, se produce una pugna de poder entre la Administración Pública y sus funcionarios.

Reclamos de funcionarios

La principal objeción es que este proyecto propone cambios en la Carrera Funcionaria que involucran sólo a un 25% de los trabajadores del MINREL y de sus organismos dependientes. Estos organismos son la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales, la Dirección Nacional de Fronteras y Límites del Estado, el Instituto Nacional Antártico Chileno y la Agencia de Cooperación Internacional de Chile.

Por otra parte, desde hace tiempo que existen reiterados reclamos por parte de los trabajadores en cuanto a la falta de movilidad en los grados administrativos, al “cuoteo” político para designar embajadores, al exceso de trabajadores a contrata y a la creación de una institucionalidad insuficiente para la nueva Subsecretaría de Comercio Exterior.

Marco Aguayo, presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera (ADICA) destaca que por primera vez en la historia de la Cancillería se han reunido todos los estamentos en una Mesa Gremial que rechaza el proyecto de ley aduciendo errores de forma y de fondo. Es así que una de las quejas planteadas por Raúl de la Puente, presidente de la Anef, es que él en agosto pidió por escrito una audiencia al Ministro Foxley para hacerle algunos planteamientos respecto al proyecto. Sin embargo, hasta ahora no habido respuesta de la autoridad. Adicionalmente, de la Puente ha expresado que el organismo gremial podría recurrir a la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este organismo internacional es actualmente dirigido por el chileno Juan Somavía, quien desea su reelección al cargo de director general. “No se vería bien que Chile lo postulara y, junto con ello, no cumple las disposiciones de la OIT” señaló de la Puente.
Los dirigentes de los gremios de la Cancillería anunciaron movilizaciones durante los próximos días para apoyar sus peticiones.

Esto confirma la gran complejidad de las negociaciones dentro de las organizaciones. Por regla general, ambos interlocutores ya conocen los mecanismos a utilizar para aumentar la presión externa. Al escalar un conflicto, aumentan la visibilidad de la situación y la aparición de actores externos con sus propios intereses que complejizan notoriamente cada situación. Las negociaciones internas dentro de las organizaciones están transformándose en verdaderas batallas campales, sin siquiera un atisbo de posible cooperación.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom
Artículo publicado en sitio web www.gestcom.cl

viernes, 24 de octubre de 2008

Del que hacer al quehacer


La metáfora del rompecabezas es un excelente ejemplo de lo que ha sido la elaboración de una teoría de la ciencia de Relaciones Públicas. El fenómeno ha sido percibido, comprendido e investigado, y se han elaborado distintas teorías para explicarlo.
Pero por ser una especialidad joven, no existe aún un consenso en la comunidad científica de esta especialidad respecto a sus definiciones, ni tampoco respecto a sus alcances. Esta situación se agrava aún más, debido a que por tratarse de una ciencia, la red teórica implica un sistema abierto a nuevas interrogantes, las que se han renovado fuertemente en estos últimos 10 años.

En nuestro país, tradicionalmente acostumbrados a la “importación de teorías” desde países desarrollados como Estados Unidos de Norteamérica o la actual Unión Europea, esta multiplicidad de teorías nos ha sumado en un mayor desconcierto. Algunos científicos chilenos en el extranjero han elaborado importantes teorías dentro del área de las comunicaciones, pero ninguna lo suficientemente completa para elaborar una red teórica. En consecuencia, hemos debido recurrir a científicos de países emergentes en esta materia, quienes han elaborado nuevas teorías, algunas de ellas con gran reconocimiento internacional.

El autor Roberto Porto Simôes, de origen brasilero, establece una nueva teoría de las Relaciones Públicas, estableciéndola como una Ciencia Política, que estudia la relación del poder en la sociedad, pero en espacios más circunscritos: la Micropolítica. Asimismo, describe la actividad de Relaciones Públicas como la gestión de la función organizacional política. Esta es la teoría en la cual se basa el Diplomado en Comunicación Corporativa del cual somos alumnos.

Sin embargo, esta diversidad de definiciones en el área de Asuntos Públicos, ha significado la falta de una razón lógica única (rationale) en la comunidad, especialmente en el área académica, formadora de nuevos profesionales del rubro, lo que se ha transferido luego a la relación profesional-cliente y a la sociedad en general. Esto ha repercutido en una débil red teórica, en que los conceptos, definiciones y principios no están aún interligados y no existe una única visión.

La falta de esta teoría única ha tenido distintos efectos en el área de Relaciones Públicas, que en su gran mayoría han significado una pérdida de valor de la gestión del profesional de esta actividad, que se detallan a continuación:

Al no haber incorporado una teoría a su gestión, el profesional muchas veces elude su labor de estratega, limitándose solamente a la implementación de proyectos de comunicación, o en una situación aún más grave, a la organización de eventos sociales.
Esta falta de red teórica ha hecho que los profesionales del área manejen en forma deficiente tanto el proceso propiamente tal de las Relaciones Públicas como su programa.
En relación al proceso, la falta de red teórica ha impedido a los profesionales validar su actividad como una ciencia, ni tampoco les ha permitido describir dentro de sus empresas la estructura del fenómeno, sus componentes ni su dinámica. Tampoco existe, en términos generales, una visión específica y determinada respecto al rol del Relacionador Público, en el sentido que ésta es la gestión de la función organizacional política a fin de obtener la cooperación de los diferentes públicos para la consecución de la misión organizacional.
Esto ha hecho que el profesional (nuevamente hablo en términos generales), se haya especializado en la función de implementación de programas de comunicación, eludiendo las otras funciones de la actividad de Relaciones Públicas: diagnosticar, pronosticar y asesorar.
Esta falta de método científico ha hecho que dentro de las empresas sus opiniones no se encuentren validadas, produciéndose una cierta desconfianza hacia su capacidad. En términos generales, han sido reemplazados por otros profesionales, con formaciones científicas más evidentes, como pueden ser los ingenieros comerciales o ingenieros civiles industriales en el área de marketing, y los sicólogos laborales o ingenieros comerciales en el área de los recursos humanos. De esta forma, el ámbito de la gestión de los Relacionadores Públicos se ha visto restringida dentro de la empresa, siendo reemplazados por profesionales de otras áreas.
Al no estar posicionados como una profesión científica, muchas veces los profesionales del área son marginados tanto de la investigación pura como de la investigación aplicada. Por lo tanto, realizan en forma cotidiana la observación participativa, el análisis de contenido de los medios y el estudio de casos, pero no se les permite por falta de teoría y metodología científica entregar y validar sus conclusiones como resultado de una investigación científica.

CONCLUSIONES:

Esta multiplicidad de teorías en la disciplina de las Relaciones Públicas ha dificultado una formación orgánica de profesionales en las universidades chilenas , dado que existen distintas visiones de parte de los académicos respecto al que hacer de los Relacionadores Públicos. Esta disimilitud de visiones se ha trasladado, como una consecuencia lógica, al quehacer de los profesionales del área, quedando su aporte sujeto a la validación individual que cada uno pueda lograr frente a su cliente o empresa.

La necesidad de una teoría común y compartida dentro de las aulas chilenas, incentiva a la implementación de una red teórica, que permita entregar fundamentos científicos a nuestra profesión. Teniendo presente que estamos frente a una ciencia, y por lo tanto, frente a un sistema abierto que permite permanentemente nuevas redefiniciones, la consagración de la teoría de Roberto Porto Simôes referente a Relaciones Públicas y Micropolítica nos entregaría una consolidación en estos nuevos tiempos profesionales.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom

miércoles, 22 de octubre de 2008

Se acabó la fiesta


“El crecimiento de sólo 1,6% del último trimestre de la economía estadounidense, precipitada por la caída del mercado inmobiliario y la menor presión de los precios del petróleo, ha sido el catalizador de la tranquilidad actual y de las mejoras en las bolsas del mundo. Pero una cifra tan moderada, ¿no debiera ser una nueva preocupación, ya que frenándose Norteamérica, el mundo entero caería en recesión, tal como lo han pronosticado algunos?”
Hernán Büchi, El Mercurio, 7 de Noviembre de 2006.


Si en el año 2006, un ex ministro de Hacienda de Chile planteaba en su columna de opinión la posibilidad de una recesión en Norteamérica y en el mundo (1), seguramente eran muchos más en el orbe los que visualizaban esa posibilidad.

La previsibilidad de la crisis económica había surgido con fuerza en medios especializados. El colapso de la “burbuja inmobiliaria” era algo que se veía venir. Ya en el año 2007, el rol de las clasificadoras de riesgos había sido cuestionado (2). Una crítica recurrente es que las autoridades del Gobierno de EE.UU no supieron prever esta crisis, ni manejar la emergencia, ni tampoco liderar una solución. ¿Pero cual fue el rol de los medios de comunicación masiva (MCM) en la cobertura de la crisis económica? Desde mi punto de vista, planteo considerar tres etapas en el flujo de los acontecimientos:

I. Crisis subprime (9 Agosto 2007 hasta 15 Septiembre 2008):

Desde agosto del 2007, la crisis hipotecaria se extiende en los mercados financieros estadounidenses. A pesar de ser una crisis previsible y estudiada en extenso por los medios especializados, en mi opinión faltó un análisis más profundo, más conformador, por parte de los medios de comunicación masiva. Como señala James W. Carey en su obra, los MCM tienden a limitarse a entregar un conjunto de historias aisladas (3). Escasearon descripciones finas e interpretaciones que permitieran explicar esta crisis a la opinión pública. Los análisis más importantes se perdieron deslizados en fragmentos diarios, desconectados de un marco narrativo, refiriéndose solamente a una crisis hipotecaria Pero si bien el área inmobiliaria representaba solamente el 6% del producto estadounidense, concentraba el 50% de la riqueza de las personas y el 40% del sistema bancario por las hipotecas (4). El ciudadano común y corriente no pudo descubrir el “cómo” y el “porqué” de la crisis financiera en este cúmulo de artículos individuales no integrados en un marco coherente. Los MCM no cumplieron su rol mediador de hacer comprensible y accesible a la opinión pública la crisis económica que venía incubándose dentro de la crisis subprime. El periodismo de los MCM no siempre es capaz de dar forma a los acontecimientos, ni de determinar motivos, establecer causas, predecir consecuencias y estimar significados, como señala James W. Carey (5).

Aún por tratarse de una crisis de confianza en los mercados financieros, en que la transmisión de la situación podía generar un círculo vicioso, el deber de los MCM es informar acerca de los acontecimientos que representan un cambio para un gran número de personas. Pienso que los MCM subestimaron la magnitud de la crisis, radicándola solamente en una crisis hipotecaria, sin prever los efectos que iba a originar.

II. Corrida bancaria (15 Septiembre 2008 hasta 3 Octubre 2008)

El 15 de septiembre Lehman Brothers, el cuarto banco en USA y con 158 años de trayectoria, se declaró en quiebra. Fue una señal potente, ya que era el tercer banco de inversión que desaparecía o cambiaba de mano en seis meses en USA. Ahí recién los hechos dejaron de ser historias aisladas y pasaron a relacionarse entre sí. No obstante la gravedad de la crisis financiera, el 30 de septiembre la Cámara de Representantes de EE.UU. rechazó el plan inicial de rescate financiero presentado por George W. Bush.

Este plan consistía en un presupuesto de 800 mil millones de dólares para comprar activos de las instituciones financieras del país. Sin embargo, el rechazo evidenció que todavía había gente que no creía en esa solución o bien intentaba sacar provecho político de la situación, contraviniendo incluso las indicaciones de la Casa Blanca, del Tesoro y del candidato Mc Cain. En la primera votación, el proyecto presentado fue rechazado en la Cámara Baja por 133 representantes republicanos y 95 demócratas, con votos a favor de 140 demócratas y 65 republicanos. Nancy Pelosi, presidente demócrata de la Cámara de Representantes le envió un duro mensaje a Wall Street: “Se acabó la fiesta”.

Surge de inmediato una interrogante: los representantes “díscolos” –que al parecer también hay en EE.UU.- se rebelaron en contra de sus partidos políticos porque ¿(no) creían en el plan o intentaban sacar provecho político? Dada la urgencia de la situación, de la necesidad imperiosa de una señal para los mercados financieros, de un indicio potente que señalara el camino a seguir a las otras potencias económicas, el rechazo al plan provocó un total desconcierto y pánico en el mundo financiero.

En esta etapa, los MCM cumplieron su rol de mediación de la información analizando la situación como un corpus e informando a la opinión pública. Hubo un análisis de las causas, surgieron interpretaciones de los motivos, se predijeron consecuencias y se estimaron distintos significados, entre ellos, el riesgo de que la crisis financiera se traspasara a la economía real. Considero que faltó un desarrollo más profundo de las motivaciones (el “why”) de los legisladores para votar a favor o en contra del plan financiero, afectando a millones de personas, incluso fuera de EE.UU.

III. Aprobación planes de rescate financieros (3 Octubre 2008 a la fecha)

La gravedad de la situación y el interés general de la comunidad internacional impulsó a los MCM a un mayor análisis dentro de un marco coherente. Han explicado los acontecimientos, jerarquizado los hechos, dado un sentido a la noticia, desarrollando un periodismo que integra las diferentes dimensiones de la realidad y verdaderamente conformador, cumpliendo con su rol de mediación de acuerdo a lo planteado por Eliana Rozas (6). En cuanto ese hecho social altera nuestra propia habitualidad y con ella el ámbito comunitario de nuestros usos, ese hecho social entraña y exige información, como señala Pedro Lozano (7). Finalmente, el 3 de octubre Estados Unidos aprobó el plan de rescate del sistema bancario por 700 mil millones de dólares, con 263 votos a favor versus 171 en contra, cantidad todavía importante, pero insuficiente para impedir su aplicación. La noticia fue inmediatamente seguida por las restantes grandes potencias económicas.

Hoy día los MCM han logrado comunicar el acontecer de la crisis económica, haciendo partícipe a toda la comunidad internacional. En lugares tan remotos, como Chile por ejemplo, las personas han incorporado el tema de la crisis económica en sus decisiones, como lo demuestra un reportaje publicado por La Tercera el domingo 12 de octubre (8): un tercio de los chilenos posterga decisiones de gasto por la crisis. Esta misma situación se debe estar repitiendo en numerosos países del mundo. En conclusión, la comunidad internacional ha sido hecha partícipe del tema de la crisis económica. Presidentes de naciones, empresarios y ciudadanos han incorporado en sus rutinas diarias la crisis económica, advertidos por los medios de comunicación masiva.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom

lunes, 20 de octubre de 2008

¿Hasta dónde llega la responsabilidad organizacional?

El conocimiento de que el Hospital de Iquique no informó a pacientes infectados con el virus del sida ha conmocionado a la opinión pública. Se han desencadenado múltiples procesos tendientes a determinar responsables. ¿Pero qué pasa con la responsabilidad de las organizaciones? ¿Qué pasa cuando nuestros colaboradores observan irregularidades y no las comunican?

Dentro de la gestión de una organización, ya sea pública, privada, con o sin fines de lucro, cada cierto tiempo suelen detectarse irregularidades. Estas anomalías atentan directamente contra el cumplimiento de la misión, visión, valores corporativos y objetivos estratégicos de la organización. Muchas veces trascienden del conocimiento individual del autor de los hechos y pasan a ser de conocimiento público dentro de la organización. ¿Qué pasa cuando un colaborador detecta una irregularidad? ¿La comunica o prefiere guardar silencio? En el caso del Hospital de Iquique, ¿nadie había detectado esta anomalía?
En contrapartida, desde el punto de vista de la dirección de la organización ¿existen las instancias adecuadas de comunicación? ¿Están dispuestas las autoridades a escuchar esos avisos o prefieren mantener todo bajo una aparente calma? ¿Nunca le llegó el rumor a alguna autoridad de la institución pública de salud? Si lo conoció, ¿hizo algo?
Son muchas las interrogantes que surgen en este caso. En este caso estamos hablando de un valor supremo: el derecho a la vida. También involucra otro importante valor: el derecho a la salud.

¿Pero qué pasa en nuestras organizaciones?

Cuando están en juego otros valores en nuestras organizaciones ¿qué ocurre en la práctica? ¿El colaborador denuncia el hecho o prefiere guardar silencio? A su vez, ¿la jefatura toma acción o mantiene un silencio cómplice? ¿Quién resulta la víctima final de esta política del laisser faire?
En términos generales, siempre es el usuario, cliente o consumidor. El hecho de que el cliente pague, ¿agrava o aminora la falta? Si el usuario está obligado a depender de un monopolio estatal, ¿es mayor o menor la gravedad de la irregularidad?

En el caso del Hospital de Iquique, resulta poco probable que no se haya conocido este tema en su momento. Más de 100 personas no fueron informadas oportunamente de su condición de portadores del virus. Al día de hoy, las consecuencias son que cuatro personas han fallecido y 25 ignoran los resultados de sus exámenes. El robo de sus fichas médicas agrava aún más la situación.

Sin embargo, hace años la ex jefa de área del hospital ya había advertido sobre estos problemas. En noviembre del año 2000, la jefa de la unidad de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) envió un memorándum a todos los jefes de unidades del recinto y del Servicio de Salud. Advertía de los problemas en la notificación de los infectados con el virus VIH y proponía un nuevo procedimiento. Es decir, las jefaturas de la época estaban en antecedentes de lo que estaba ocurriendo, pero no hubo ninguna medida al respecto.

En términos organizacionales, ¿qué fue lo que ocurrió? Tanto las autoridades como los funcionarios de la época estaban al tanto de los problemas de notificación de los infectados por HIV, pero ninguno de ellos actuó.

El actual conocimiento por parte de la opinión pública de que el Hospital de Iquique no informaba a pacientes infectados con el virus del sida ha desencadenado múltiples y simultáneos procesos. De partida, tanto parlamentarios de la Concertación como de la Alianza han manifestado su intención de hacer efectiva la responsabilidad política. La ministra de Salud anunció la intervención del hospital. Los familiares de las víctimas fallecidas harán efectivas las acciones penales y civiles para determinar responsabilidades. Probablemente lo mismo suceda con los pacientes no informados. ¿Pero que sucede con la responsabilidad ética de los funcionarios del hospital que estaban en conocimiento de estas anomalías? ¿Qué sucede con la responsabilidad de las autoridades de la época, que estando en conocimiento de estas irregularidades, prefirieron mantener una aparente normalidad? Las nuevas autoridades que las reemplazaron, ¿tuvieron conocimiento de estos hechos?

Pareciera que las comunicaciones dentro de las organizaciones han tendido a desperfilarse, siendo confundidas simplemente con clima laboral. Han perdido su fin último, que es hacer que las cosas funcionen, afectando directamente las etapas de planificación, organización, dirección, coordinación y control. Como siempre, las consecuencias recaen en indefensos usuarios, que no cuentan con la asociatividad necesaria para defenderse.

Por esta razón, la prensa ha asumido su defensa y ha fortalecido el periodismo de denuncia. Su metodología es explicitar ante las audiencias externas lo que es de conocimiento tácito en las audiencias internas. En la prensa, TV, radio y medios digitales, los programas de denuncia ciudadana han aumentado en cantidad y calidad. Se han creado equipos especialmente enfocados en el periodismo de denuncia, con un fuerte incremento de sus presupuestos.

Por eso cada día se hace más necesario fortalecer la comunicación interna de las organizaciones, de manera de poder detectar las oportunidades de mejora en forma oportuna, antes de que los problemas escalen a las audiencias externas.

Y mientras tanto, ¿Qué pasa en nuestras organizaciones? ¿Estará ocurriendo lo mismo?

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom

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domingo, 5 de octubre de 2008

Un Estado inteligente


Un Estado inteligente. Esa es la recomendación que hizo Peter Beattie en el seminario “Los desafíos de la Reforma del Estado: Lecciones de la experiencia internacional”, haciendo un benchmarking con nuestras incipientes reformas estatales.

El ex Premier de Queensland, Australia, compartió las experiencias de un importante proceso de modernización que experimentó su estado durante su mandato. Este proceso se realizó mediante la reestructuración del sistema educativo, la capacitación de la fuerza laboral y el fomento de la I+D en industrias de alta tecnología.

Este seminario corresponde al lanzamiento del Consorcio para la Reforma del Estado, organismo compuesto por 11 centros de estudios y universidades de nuestro país. Además de Beattie, contó también con la participación de Alejandro Ferreiro, Cristián Larroulet, Director Ejecutivo de Libertad y Desarrollo, Jorge Marshall, Director del Instituto Expansiva UDP y Claudio Seebach Director del Programa de Políticas Públicas UC y Secretario Ejecutivo del Consorcio.

Uno de los objetivos del Consorcio es lograr la mayor participación ciudadana. Para esto, el organismo habilitará un sitio web. Seguramente la Web 2.0 será una gran ayuda en incorporar al ciudadano común y corriente en la tan necesaria reforma del estado.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom
Artículo publicado en sitio web www.gestcom.cl