miércoles, 21 de julio de 2010

El pecado original de los partidos políticos


La escasa identificación de los chilenos con los partidos políticos parece estar trasladándose al interior de éstos, planteando dudas respecto a la legitimidad de su representatividad. Pareciera que la ciudadanía ha percibido que el problema surge desde el origen: las elecciones internas de las tiendas. Por eso, será interesante conocer en la próxima encuesta CEP la medición acerca de la identificación ciudadana con los conglomerados políticos.

Hoy día, los altos niveles de desaprobación a la forma en que la Concertación (52%) y la Coalición por el Cambio (40%) desarrollan su labor, permiten suponer que la opinión pública no se siente representada por estos conglomerados. A su vez, la formación de bancadas díscolas transversales demuestra la dificultad de construir consensos incluso dentro de los mismos partidos. Por último, la reciente renuncia a la UDI de la diputada Marta Isasi y su posterior ingreso a la bancada de Independientes refleja las dificultades de mantener el orden dentro de las tiendas políticas.

Este año, más que nunca, se ha notado una exigua participación de militantes en las elecciones internas. A pesar del avance que significan las elecciones internas, las recientes votaciones en RN y en el PPD reflejaron la escasa representatividad que tienen los partidos políticos de la ciudadanía. Aún más, un porcentaje importante de los militantes inscritos no votó en estos comicios, obteniéndose bajas participaciones en las elecciones de sus directivas. Complejo, ya que luego las cúpulas designan a los candidatos a concejales, alcaldes, diputados, senadores y presidente. Nos presentan una política de hechos consumados en la que ya no podemos intervenir, y al ser “los mismos de siempre”, despiertan un clamor de renovación política.

En el PPD, un acuerdo de la directiva puso a Carolina Tohá en la presidencia del partido hasta 2012, sin ser elegida por las bases militantes. El 17 de junio pasado se realizaron las elecciones internas de vicepresidentes y directiva nacional, las que fueron empañadas por acusaciones de irregularidades y estrechas diferencias en el cómputo de votos. Según el Departamento de Operaciones del Servel, existían 98.942 militantes afiliados al 31 de mayo de 2010, de los cuales sólo 13.516 votaron (13,66%).

Por su parte, en las elecciones internas de RN del 12 de junio último, Carlos Larraín fue reelecto como presidente por dos años más. El concejal por Las Condes derrotó al diputado Cristián Monckeberg : 64,7% contra el 35,3% de los votos, según cifras entregadas por el partido. Otra vez fue baja la participación interna en el partido: de los 93.054 afiliados al 31 de mayo de 2010, sólo 15.805 (16,98%) votaron para elegir la directiva nacional y regional.

En consecuencia, un promedio de casi 1.000 personas por región escogieron las directivas de RN y el PPD, además de una baja o excesiva representación de ciertas regiones sobre otras. La suma de votos de la Región Metropolitana, Valparaíso y Bío Bío supera el total de sufragios de las otras 12 regiones en su conjunto.

La exigua representación ciudadana se ve reflejada en las siguientes cifras de la votación de las directivas:

REGION RN PPD
MILITANTES VOTOS % MILITANTES VOTOS %
ARICA Y PARINACOTA (XV) 1.587 450 28,35 1.621 228 14,07
TARAPACA (I) 1.770 321 18,13 3348 181 5,41
ANTOFAGASTA (II) 2.100 317 15,09 2.965 292 9,85
ATACAMA (III) 1.391 243 17,46 1.417 207 14,61
COQUIMBO (IV) 4.826 1.053 21,81 4.450 691 15,53
VALPARAISO (V) 11.052 1.975 17,87 12.084 1.921 15,90
R.METROPOLITANA (XIII) 30.035 4.553 15,15 42.361 5.048 11,92
LIB. GRAL. B. O’HIGGINS (VI) 5.424 760 14,01 4.505 772 17,14
MAULE (VII) 5.924 984 16,61 4.150 274 6,60
BIO BIO (VIII) 10.664 2.465 23,11 8.826 1.771 20,07
ARAUCANIA (IX) 5.402 1.061 19,64 5.119 900 17,58
LOS RIOS (XIV) 4.110 S/I(*) S/I 1.951 514 26,35
LOS LAGOS (X) 6.658 S/I(*) S/I 4.138 669 16,17
AYSEN (XI) 1.403 S/I(*) S/I 556 0 0
MAG. Y ANTART. CH. (XII) 708 149 21,04 1.450 48 3,31

TOTAL 93.054 15.805 16,98 98.941 13.516 13,66

(*) Lista única

Ante estas cifras, surgen las siguientes preguntas: ¿Qué tan representativos son los partidos políticos de la ciudadanía? ¿Qué tan democráticas son sus elecciones internas? Y, por último, ¿qué tanta legitimidad tienen las directivas para designar candidatos en las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales?

Con la escasa adhesión que generan en la ciudadanía los partidos políticos, éstos son percibidos como grupúsculos autopoiéticos y de reparto de poder “entre los mismos de siempre”. Aparte del irregular pago de cuotas sociales, los militantes no se diferencian mucho de adherentes, amigos, seguidores, socios, voluntarios, fans o cualquier otra manifestación de las actuales redes sociales. Con una mucha mayor capacidad de liderazgo, personajes u organizaciones sociales congregan con mayor efectividad que los partidos políticos (al 18 julio):

Soledad Onetto 162.012 seguidores
Mauricio Bustamante 145.337 seguidores
Felipe Camiroaga 114.559 seguidores
Educación 2020 68.311 adherentes
Radio Bio Bio 68.141 seguidores
El Pulento 30.754 seguidores
Janis Pope 18.047 seguidores
El que no aporta 17.165 seguidores
Estadio Español (Santiago) 12.815 socios y cargas familiares
Hogar de Cristo 9.000 voluntarios


Quizás sea el momento preciso para revisar y reactivar el proyecto de la nueva Ley Orgánica Constitucional de los Partidos Políticos (LOCE), ingresado por la ex Presidenta Bachelet el 30 de mayo de 2008 al Senado, y archivado recién el 6 de julio de 2010, después que el Gobierno del Presidente Piñera solicitara su retiro de tramitación (boletín 5887-06).

miércoles, 7 de julio de 2010

El Presidente Piñera, Kike Morandé y Stefan Kramer


Una vez superado el incidente de la visita de Bielsa a La Moneda, el recuento de daños sólo deja un alto costo en imagen para ambos actores. En el caso del entrenador argentino, se critica su falta de manejo de la situación, cuestionándose su carácter, educación e incluso filiación política. Aunque para el mandatario el perjuicio fue menor -por ser anfitrión y representar a la nación-, se ha instalado una profunda discusión acerca del estilo presidencial.

Se suma a este episodio el duro cuestionamiento que le realizara el rector de la Universidad de Chile, Víctor Pérez; las críticas efectuadas por las dirigentas de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD) -agravadas por la respuesta del ministro Hinzpeter- y el apresurado rechazo del timonel de la ANFP, Harold Mayne-Nichols a la invitación a La Moneda. La opinión pública ha constatado que es un problema permanente y no puntual, que supera la falta de acostumbramiento de los chilenos al nuevo estilo de liderazgo: las cosas no se estarían haciendo bien.

Más aún cuando se toma en cuenta la última Evaluación de la Gestión de Gobierno -realizada en junio por Adirmark-, las cifras ratifican el diagnóstico. Según este estudio, el nivel de aprobación del Presidente prácticamente se ha estancado en el 52%, el de desaprobación se ha incrementado desde un 18% inicial a un 34% actual, los atributos peor evaluados continúan siendo “credibilidad” (57%) y “confianza” (58%), y el Gobierno (57%) sigue siendo mejor evaluado que el mandatario. Será interesante conocer cuánto afecta el episodio Bielsa en la imagen del Presidente, ahora que se está haciendo el trabajo de campo de la encuesta CEP.

Quizás por esta razón, el Presidente se ha empeñado en parecer cercano, confiable, amigable. Incluso divertido, chispeante e ingenioso. En sus empresas, este trato seguramente producía buenos resultados, en especial con la mayoría de sus colaboradores: jóvenes, profesionales y sujetos a un claro vínculo jerárquico, en que cualquier desubicación sería rápidamente corregida o sancionada. Sin embargo, ante audiencias distintas, el estilo informal del mandatario pareciera que sólo produce confusión, desconcierto o desconfianza.

Por regla general, este trato familiar, afable, buena onda, casi como de patrón de fundo campechano, no suele ser correspondido por interlocutores que se encuentran en desigualdad de condiciones. Quizás el único que tiene éxito es Kike Morandé, en su programa Morandé con Compañía, el Estelar del Pueblo. El también llamado cariñosamente “ñatito” entrevista, actúa, bromea y se relaciona con su público incondicional, pero siempre desde cierta superioridad.

Las críticas al Presidente Piñera comprenderían varios aspectos: riesgo para la dignidad del cargo, bacheletización del Presidente, alejamiento de las normas protocolares, banalización de las actividades o falta de control de la ansiedad comunicativa. Los ineludibles conflictos de intereses del mandatario y del Subsecretario del Deporte, Gabriel Ruiz-Tagle, al ser importantes accionistas de Colo Colo, sólo agravan la situación.

Quién capta magistralmente estas sutilezas es Stefan Kramer. En su inolvidable rutina en la segunda noche del Festival de Viña del Mar en el 2008, el artista imitó en casi 90 minutos a 33 personajes. Entre ellos, el entonces candidato presidencial Sebastián Piñera y el animador Kike Morandé.

Tiempo después, uno de los mejores momentos comunicacionales del Presidente Piñera fue el Mensaje a la Nación, presentado el 21 de mayo de este año ante el Congreso Pleno. El estilo comunicacional escogido fue formal, solemne, ante un podio, con un discurso estructurado y coincidió con muchas de las herramientas utilizadas por Stefan Kramer en su aplaudida imitación festivalera. Por el contrario, la visita a Juan Pinto Durán fue mal evaluada por el Gobierno, la selección y la opinión pública. Mucho más informal, más forzada, quizás con más de algún elemento utilizado por Stefan Kramer en su imitación a Kike Morandé, la realidad estuvo al filo de asemejarse a esa rutina.

Por otra parte, las últimas apariciones del comediante causaron la molestia de La Moneda, pero se ignora si es por exceso o por falta de fidelidad, lo que podría convertir en irrelevante el reclamo si el original no modifica su estilo comunicacional (parodiado).Pero está claro que la informalidad del Presidente sólo impide que se haga respetar, sin hacerlo ganar mucho en cercanía o credibilidad.

En el mismo sentido, aún los mismos partidarios del Presidente cuestionan su imagen presidencial. El senador Andrés Allamand, quién ya había criticado la informalidad del Jefe de Estado, ahora le sugiere olvidarse de la parka roja. El propio jefe de bancada de la UDI, Patricio Melero, señala que la dignidad de la figura del Presidente está en entredicho, lo cual “no es algo anecdótico porque tiene consecuencias políticas”. Y agrega que “esto debe ser materia de preocupación en la Presidencia, porque si no se revierte, el Mandatario puede ser ninguneado por cualquiera”.

Sin embargo, según la mencionada encuesta Adimark, la característica de “activo y enérgico” sigue siendo el atributo mejor evaluado (76%) del Presidente, seguido por “capacidad para solucionar problemas del país”, “capacidad para enfrentar las situaciones de crisis” y “autoridad” (todas con 69%). Pero hasta ahora, los atributos escogidos para construir la imagen pública del Presidente Piñera no han sido las cualidades más valoradas por la ciudadanía.

Columna publicada en La Tercera Online: http://blog.latercera.com/blog/ajiron/entry/el_presidente_kike_morand%C3%A9_y