lunes, 23 de mayo de 2011

El Presidente, la rana y el escorpión



“Lo siento, es mi naturaleza”, le dice el escorpión a la generosa rana, después de clavarle su aguijón y sabiendo ambos de su fin inminente, cuenta la fábula. Uno siempre es lo que es, a pesar de las circunstancias, dice la moraleja.

¿Anuncios o rendición de cuentas de lo realizado? Difícil disyuntiva, ya que no cabe duda que al Jefe de Estado le gusta la espectacularidad de sus anuncios. Pero ¿quién responde por su baja credibilidad presidencial? ¿El propio mandatario, su equipo comunicacional o bien en definitiva el segundo piso? En este ambiente, ¿sería capaz el mandatario de disminuir su superávit de ofertas?

Y lo hizo. A pesar de su ADN, el Presidente Piñera se contuvo e hizo un correcto discurso. Con una buena apertura, hizo referencia a hechos que unieron a muchos chilenos durante el 2010. A su vez, con un cierre dirigido a la unidad, insistió “en cuidar la unidad del país y a nuestras instituciones”.

En el cuerpo de su discurso, se centró en los logros realizados por su administración, con cifras, guarismos e indicadores en los siete compromisos de Gobierno (recuperar la capacidad de crecimiento; crear un millón de empleos; delincuencia, narcotráfico y acceso a la justicia; mejorar la calidad y equidad de la educación; mejorar la calidad y equidad de la salud; erradicar la extrema pobreza y reducir las desigualdades excesivas y perfeccionar la democracia, profundizar la regionalización modernizar el Estado).

Sin embargo, se omitieron algunas menciones a falencias relativas a la reconstrucción post terremoto, al caso Kodama, al AVC o a la eliminación del multirut. Por otra parte, varias referencias provocaron un fuerte debate político sobre la autoría de la idea, olvidando que la ciudadanía exige hoy concretar además de presentar proyectos.

Además de algunos anuncios en Educación, Salud y Economía, la Cuenta Anual se caracterizó por una profunda intervención en la institucionalidad: la creación de la subsecretaría de Derechos Humanos, de la educación Superior, del Ministerio de Cultura y del Ministerio del Deporte. También el anuncio de las reformas políticas, como la inscripción automática y el voto voluntario, una nueva ley de partidos políticos, la elección directa de los consejeros regionales o el proyecto de primarias voluntarias y vinculantes suenan promesas que no necesariamente se cumplirán. Para esto, el ministro Larroulet tendrá que enfrentar la resistencia oculta de las directivas de los partidos políticos. Las manifestaciones de los últimos días o procesos como el del 15-M en España reflejan los nuevos aires políticos. La posterior trifulca entre parlamentarios oficialistas y de oposición sólo contribuyen a deteriorar la reputación de nuestra clase política.

Hubo varios anuncios que se repitieron: el Sernac Financiero o la seguridad laboral ya estuvieron presente en el la cuenta del año 2010, sin que se hayan implementado aún cambios legislativos. Además, la sospechosa similitud de los carteles de apoyo una vez terminado el discurso tampoco contribuyó a aumentar la credibilidad presidencial.

Por una parte, cifras como el crecimiento económico (Imacec 15,2% en marzo, 7,2% en febrero, 6,7% en enero y 5,7% en 2010) y la creación de empleo (476.320 nuevos empleos 2010 y tasa de desocupación de 7,3% Dic10-Feb11) demuestran una sólida gestión económica. Sin embargo, los bajos índices de aprobación presidencial (49% de desaprobación vs 41% de aprobación) y de los conglomerados políticos (Concertación, 61% de desaprobación vs 26% de aprobación; Coalición por el Cambio, 51% en contra vs 36% a favor) según la última Adimark, más las multitudinarias manifestaciones ciudadanas y la inminente amenaza de un 15-M local, demuestran el clamor ciudadano en contra de una institucionalidad que no le permite participar. El confrontacional entorno en que se presentó motivó incluso la suspensión a última hora de un planificado viaje a Iquique del mandatario.

Se percibió un importante grado de precisión y de detalles técnicos en la presentación, con una atenuación del tono grandilocuente y tan criticado en el mandatario. Sin embargo, resultó insuficiente la estrategia de apostar a un solo acto la reconstrucción de la credibilidad presidencial, quedando pendiente para el resto del año.


Columna publicada en La Tercera Online