lunes, 29 de septiembre de 2008

Festival de paros

Las movilizaciones de los funcionarios públicos se hacen cada día más frecuentes. Son una consecuencia directa del empoderamiento de las audiencias internas, que les permite incluso contravenir la legislación chilena.
En este último tiempo, hemos sido testigos de numerosos paros en la administración pública. El Colegio de Profesores y el Instituto de Normalización Previsional estuvieron en paro en julio. En agosto, fueron la Confederación Nacional de Funcionarios de la Salud, Confusam, y el Servicio Médico Legal. El Sename, el Servicio de Impuestos Internos, el Compin, el Instituto de Salud Pública y el Servicio de Registro Civil e Identificación han paralizado sus funciones durante el mes de septiembre. Y ya hay varios paros anunciados para octubre.

Definitivamente, los paros se han convertido en un importante y eficaz mecanismo de presión en el sector público. Estas movilizaciones surgen especialmente en épocas de negociación de reajustes salariales. Y aún cuando las autoridades señalan reiteradamente que no negocian con funcionarios en paro, terminan haciéndolo ante la presión de los usuarios.
Nuestra actual legislación prohíbe a los funcionarios públicos y aquellos que atiendan servicios de utilidad pública, mantener huelgas y más aun paralizar sus funciones, ya sea en forma total o parcial. Pero esta expresa prohibición de paralización de actividades es sobrepasada regularmente, a través de la política de hechos consumados. Al lograr una visibilidad ante la opinión pública, los funcionarios en paro recuperan inmediatamente la atención de sus interlocutores.

La Constitución Política del Estado establece en su artículo 19 N°16 inciso 5° que ”no podrán declararse en huelga los funcionarios del Estado ni de las municipalidades. Tampoco podrán hacerlo las personas que trabajen en corporaciones o empresas, cualquiera que sea su naturaleza, finalidad o función que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la población o a la seguridad nacional. La ley establecerá los procedimientos para determinar las corporaciones o empresas cuyos trabajadores estarán sometidos a la prohibición que establece este inciso”.
Por su parte, el artículo 384 del Código del Trabajo establece taxativamente quienes no pueden declarar la huelga. Son las empresas: a) que atiendan servicios de utilidad pública y b) cuya paralización por su naturaleza causen grave daño a la salud, al abastecimiento de la población, a la economía del país o a la seguridad nacional. La calificación en estas categorías debe ser efectuada todos los años en el mes de julio, por resolución conjunta de los ministerios del Trabajo, Defensa y Economía.

Ratificado lo anterior, el Estatuto Administrativo (ley 18.834) en su artículo 84 letra i) establece como prohibición para el funcionario: “Organizar o pertenecer a sindicatos en el ámbito de la Administración del Estado; dirigir, promover o participar en huelgas, interrupción o paralización de actividades, totales o parciales, en la retención indebida de personas o bienes, y en otros actos que perturben el normal funcionamiento de los órganos de la Administración del Estado”.
En contrapartida, la OIT ha sostenido que la huelga es un derecho fundamental, por lo que sólo puede estar restringida en forma excepcional. En ese sentido, la Comisión de Expertos en Aplicación de Normas de la OIT, en sus Observaciones del año 2008 vuelve a indicarle al gobierno chileno que la prohibición de huelga todavía es demasiado amplia. Esta recomendación coincide con la del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, que también considera demasiado amplia la legislación chilena en la regulación de la prohibición del derecho a huelga.

Sin embargo, mientras estas tendencias no se incorporen a la normativa nacional, no tienen efectos jurídicos. Pero ya es un hecho que los funcionarios públicos se sienten empoderados para transgredir la ley. Es el empoderamiento de las audiencias internas.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom



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lunes, 15 de septiembre de 2008

Fiestas Patrias: Momentos de verdad organizacional

La celebración de las Fiestas Patrias en Chile constituye un importante momento de verdad dentro de las organizaciones. Las audiencias internas aprovechan esta oportunidad para evaluar la coherencia del discurso y actuar de sus empleadores. En estas ocasiones, los colaboradores comprueban si el tantas veces mencionado reconocimiento del capital humano se materializa en acciones efectivas, o queda sólo a nivel de discurso.

Entre la organización y sus colaboradores debiera existir una relación fluida durante todo el año. Pero surgen determinados “momentos de verdad” en que esta relación se cristaliza en forma especial. Esto permite al trabajador evaluar la calidad de la contraprestación entregada por el empleador. También le facilita detectar contradicciones entre el discurso de la empresa y la realidad de sus políticas corporativas. Son situaciones específicas y cruciales que determinan la satisfacción del usuario de manera esencial. Sin un manejo adecuado, conducen al descontento, a una merma de confianza y a una posible pérdida del colaborador.

Estos momentos críticos de verdad requieren de una atención especial en las organizaciones. Suelen ser crisis internas imprevistas, que detienen el flujo normal de trabajo y se convierten en el foco de atención de toda la audiencia interna. En ese contexto el trabajador evalúa a su empresa, reforzando o revirtiendo la opinión que tiene de ella.

Pero existen al menos dos momentos de verdad esperados, programados e incluso calendarizados: la Navidad y las Fiestas Patrias. Son celebraciones que tienen significaciones especiales, que influyen en ambientes laborales y permanecen en la memoria de las personas. La Navidad tiende a celebrarse en un ámbito familiar y las Fiestas Patrias en uno más social.
Las Fiestas Patrias tienen connotaciones especiales, además del sentimiento patriótico que refuerza la identidad nacional. Es el feriado más largo del año, reemplaza a la fiesta de la primavera de otras culturas y coincide con vacaciones escolares y universitarias. Es una celebración que involucra a toda la población bajo los valores patrios.

Por eso, en estas fechas muchos colaboradores miran con atención los beneficios que entregan sus empleadores. Aguinaldos, celebraciones, regalos y reducciones a la jornada laboral son siempre bienvenidos. Son detalles que aumentan el compromiso del trabajador, su sentido de pertenencia y el orgullo de integrar un proyecto colectivo. Por otra parte, es una buena oportunidad para la empresa de reconocer el aporte de sus colaboradores.
Pero la elección de los beneficios y la forma de entregarlos no son una decisión menor. El peligro de los beneficios, pecuniarios y no pecuniarios, es que se consideren como derechos adquiridos o bien pasen inadvertidos. La forma de entrega pasa a ser tan importante como el beneficio mismo.


Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom

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martes, 9 de septiembre de 2008

Seminario de Chile Alimentos

Importantes conclusiones surgieron en el seminario “Chile Potencia Alimentaria, el nuevo orden internacional de los alimentos”. Esta jornada fue organizada por ChileAlimentos, la Asociación de Empresas de Alimentos de Chile (http://www.chilealimentos.com/).
Uno de los objetivos de la asociación es mostrar a Chile como un socio confiable. La sólida institucionalidad, el reconocido perfil macroeconómico y una gran apertura económica, hacen del país un lugar atractivo para inversionistas, clientes y emprendedores. La industria reúne a seis clústeres: alimentos elaborados, acuicultura, carnes rojas, carnes blancas, frutas y vinos. Las exportaciones ascendieron a más de US$ 10 mil millones de dólares durante el año 2007.
Representantes de los principales subsectores de la agroindustria participaron en este seminario. Se analizaron diversos temas, como el fortalecer la imagen país de potencia alimentaria (http://www.chilepotenciaalimentaria.cl/) o la de flexibilizar la legislación laboral. Sin embargo, el aumento de productividad de la fuerza laboral agrícola no estuvo dentro de los temas considerados. Cientos de representantes del sector privado, público y académico estuvieron presentes en el seminario. Abordaron distintas formas de enfrentar desafíos en el nuevo escenario mundial de los alimentos.
Entre las propuestas presentadas, destacaron:
· acelerar la creación del Ministerio de Alimentos adaptar a la industria la legislación en materias laborales, medioambientales, sanitarias y energéticas
· potenciar la actividad de los seis clústeres antes mencionados
· invertir en innovación
· conocer y penetrar el mercado asiático
· crear una imagen propia para la industria alimentaria.

Una idea consensuada fue la necesidad de una adecuación de las normas laborales al sector agrícola. El presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (http://www.sna.upsystem.cl/), Luis Schmidt, desarrolló este planteamiento. En el mismo sentido, Juan José Llugany, gerente general de Empresas Carozzi (http://www.ambrosoli.cl/) declaró que la inflexibilidad laboral actual es “la principal barrera para la competitividad”.

Sin embargo, el aumento de productividad de la fuerza laboral agrícola no fue contemplado. Este factor permite a los trabajadores incorporarse en proyectos de mayor productividad. Para esto, se hace cada vez más necesario empoderar a la fuerza de trabajo con mejores competencias laborales y desarrollar una mejor capacidad de liderazgo y de dirección de sus supervisores.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom

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miércoles, 3 de septiembre de 2008

Conflicto en el Servicio de Impuestos Internos

El Gobierno aceptó finalmente continuar con el Proyecto de Modernización del Servicio de Impuestos Internos, poniendo fin a uno de los conflictos más complejos en la gestión organizacional pública.

El paro de los funcionarios del Servicio de Impuestos Internos se fue complejizando, al incorporar nuevos interlocutores, nuevas peticiones y nuevos enfoques en un conflicto cada vez más dinámico, viéndose incluso las directivas superadas por las bases en las tomas de decisiones.

Hace dos semanas atrás, los funcionarios del Servicio de Impuestos Internos iniciaron una paralización de sus actividades, en respuesta a la decisión del Ministerio de Hacienda de suspender el plan de modernización de este Servicio durante el año 2009. El proyecto incluía una segmentación por tamaño de los contribuyentes, una atención por ventanilla única, innovaciones tecnológicas para el usuario, bonificaciones por el mejoramiento de la atención al público y por el cumplimiento de un aumento de la recaudación tributaria.

Sin embargo, el Ministerio de Hacienda se negó a entregar los recursos para el proyecto de modernización del SII, acatando la política de austeridad fiscal impuesta por el Gobierno y dándole prioridad a los proyectos del área social.

A pesar de que a los pocos días las directivas de las asociaciones de funcionarios y de fiscalizadores del SII (Aneiich y Afiich respectivamente) acordaron suspender el paro nacional para establecer una mesa de diálogo, las bases no acataron este acuerdo y decidieron continuar con la paralización de actividades. Incluso solicitaron la renuncia del director del Servicio, Ricardo Escobar.

El Ministerio de Hacienda reiteró una vez más su política de no tratar con funcionarios en paro. El tema se hacía apremiante, porque no quedaba mucho tiempo para negociar, ya que el Presupuesto 2009 debía ser enviado al Congreso para su aprobación antes del 15 de septiembre.
Por otra parte, el Ministro del Interior, Edmundo Pérez Yoma reiteraba “que la Agenda de Modernización nunca ha perdido importancia”. Señalaba también “que la Presidenta me apoyó en esto desde un comienzo y todo lo que he podido hacer es porque cuento con el apoyo irrestricto de la Presidenta”.

Finalmente, los funcionarios del SII retomaron sus funciones, luego que se firmara un protocolo de acuerdo entre el Ministerio de Hacienda, el SII y las organizaciones gremiales en paro, instalando una mesa de trabajo para el día de mañana, en la que todos los temas serán evaluados y analizados. Un caso de extrema complejidad organizacional, con múltiples interlocutores y muchas dificultadespara alinear a tantos legítimos intereses contrapuestos.



Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
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lunes, 1 de septiembre de 2008

Gestión Organizacional en los Juegos Olímpicos



Un análisis de la gestión organizacional de los Juegos Olímpicos Beijing 2008.


China nos sorprendió con una coordinación y organización perfecta durante todos los Juegos Olímpicos, asombrando a millones de telespectadores de los cinco continentes y cambiando la historia de estas competencias.

En especial, las ceremonias de inauguración y de clausura de los J.J.O.O. deslumbraron a las más diversas audiencias. Desde la inauguración del evento, China mostró una capacidad sobresaliente de organización y coordinación, demostrando sus fortalezas para alinear a muchas personas en pos de un objetivo común. El día 8/8/08 a las 8.08 horas, los anfitriones mostraron en vivo y en directo un espectáculo que sobrecogió a cuatro mil millones de personas en todo el planeta. China aprovechó en forma extraordinaria esta oportunidad para autopresentarse al mundo, recogiendo los aspectos más importantes de su historia y destacando sus grandes aportes a la humanidad, exhibiendo al mismo tiempo un país moderno, con importantes desarrollos organizacionales, logísticos, creativos y tecnológicos, proyectándose al mundo como un actor protagónico, poderoso y gigantesco.

Durante los 16 días de competencia, se pudo comprobar que además de una logística casi impecable, la emergente superpotencia aprovechó para demostrar una excelencia deportiva superlativa, la que le permitió por primera vez liderar el medallero olímpico.

La ceremonia de clausura también fue memorable, logrando un espectacular resultado a través de la perfecta, pero casi inalcanzable, combinación de recursos humanos, financieros y tecnológicos. Al igual que en la inauguración, el director de cine a cargo del proyecto, Zhang Yimou mostró su capacidad de alinear innumerables individualidades en un proyecto común.

Ambos espectáculos demostraron, por sobre todo, una creatividad extraordinaria, una gran capacidad de movilización de masas -¡qué bien representan a China las masas multitudinarias!- y una sincronización perfecta, además de una versatilidad abismante, que permitieron representar distintas perspectivas del pasado, presente y futuro, utilizando marcos referenciales comunes tanto al mundo occidental como al mundo oriental. Para esto, se necesita una gran capacidad de mando y una firme conducción. Embarcar a tanta gente, reunirla para un evento gigantesco, seleccionarla de acuerdo a sus habilidades, alinearla según distintos objetivos intermedios y mantenerla involucrada durante todo el período de preparación, no debe ser fácil. Se requiere de una motivación, de un discurso y de un liderazgo que permitan elaborar y concretar un proyecto, con una identidad, un propósito y una orientación muy definida.

Con una oferta de noticias tan potente, resultó difícil para los 20.000 periodistas extranjeros acreditados, las decenas de miles de turistas occidentales y todas las delegaciones deportivas, conocer realidades de una China más conflictiva. La falta de libertad política, el subdesarrollo rural e incluso la contaminación, fueron sobrepasadas por la magnificencia de las ceremonias, la emoción de las competencias y a la obtención de nuevos logros deportivos. Incluso aspectos como la linda niña que cantó en la bienvenida, los falsos fuegos artificiales o la discutida representatividad étnica de los niños, fueron minimizados por la prensa.

En lo deportivo, China superó ampliamente a sus eternos rivales, Estados Unidos y Rusia. Desde un punto de vista económico también fue una gran oportunidad para consolidar visualmente el impresionante desarrollo obtenido por ese país en las últimas décadas. En cuanto a una visión política, fue una excelente oportunidad para demostrar su liderazgo en tan diversas áreas, que hoy se habla de la “chinización” del mundo.

Liu Qi, jefe del comité organizador, concluyó que los J.J.O.O. “fueron testimonio del hecho de que el mundo ha puesto su confianza en China”. Resulta difícil todavía dimensionar el retorno económico y en imagen país que tendrá la inversión de más de 40.000 millones de dólares. No cabe duda que fue una gran oportunidad de reconstruir una imagen país, que China utilizó magistralmente.

El gigante ha despertado.


Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
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