domingo, 15 de abril de 2007

El Estado de Bienestar mítico

Ante las distintas visiones que han surgido en nuestro país en relación a un Estado de Bienestar, resulta interesante observar con detención lo que está ocurriendo en Francia con sus próximas elecciones presidenciales.

A días de éstas, y después de años de un Estado de Bienestar, todavía existe una gran mayoría que no ha definido su voto. Por otra parte, ninguno de los candidatos logra en las encuestas previas una preferencia superior al 30%.

Esta falta de apoyo incondicional a las coaliciones refleja una mayor exigencia del electorado, producto de una creciente madurez política. Ya no bastan las promesas electorales, sino lo que se evalúa es la capacidad de diseño e implementación de eficientes programas de políticas públicas.
Con un alto nivel de gasto público y sin que los electores hayan visto mejorar su calidad de vida, se ha producido una reacción generalizada de escepticismo de parte de una población informada y educada, haciendo cada vez más volátil y escurridizo su voto.

Este mismo escenario se podría producir en Chile para nuestras próximas elecciones presidenciales y parlamentarias. Los escándalos de corrupción y falta de transparencia, la impunidad de las ineficiencias estatales, las maquinaciones tendientes a una auto perpetuación en el poder y los estallidos sociales por tan diversas causas, auguran un período eleccionario en un escenario similar al de Francia en estos días, con una cada vez mayor dificultad en la conquista de votos. Si en este último año en Chile se ha producido un fuerte descrédito de la clase política, este fenómeno probablemente se intensificará en época eleccionaria.

Por eso, será de sumo interés observar cuidadosamente qué sucede esta semana en el país galo.

Carta publicada el 19 de abril de 2007 en La Tercera y en La Nación.