lunes, 3 de noviembre de 2008

Discurso inconsistente

En relación a la baja participación juvenil en política planteada a nivel de opinión pública, resulta notoria la falta de coherencia entre los discursos políticos y su ausencia de acciones concretas.

Pareciera que la intrascendencia para los menores de 30 años de la añeja separación entre el SI y el NO, asusta a las clases políticas, al impedirles realizar cálculos electorales con cierta confiabilidad. El ingreso de votantes no inscritos, que nunca han votado y que aparentemente tendrían una visión crítica hacia las dirigencias políticas, es un riesgo para las dirigencias que sólo aumentaría la impredecibilidad de las votaciones.

En estas elecciones municipales, después del interminable desfile de discursos triunfalistas se pudo decantar dos grandes tendencias: (1) la pérdida del voto incondicional y (2) la fuerte irrupción de candidatos descolgados, independientes y díscolos.

Por eso, la incorporación de más de dos millones de nuevos votantes solamente introduciría elementos de duda e incertidumbre para los conglomerados, relativizando las fuerzas políticas que se han esmerado en destacar en sus discursos.

Basta con analizar los contenidos y los soportes utilizados en las últimas elecciones municipales para comprobar que no existió un interés real en incentivar la incorporación de los jóvenes al padrón electoral. Esto contrasta fuertemente con los ingentes esfuerzos que vemos en los candidatos presidenciales de EE.UU. por incentivar el voto de jóvenes y minorías raciales.

Para el próximo presidente –sea quien sea-, el que millones de chilenos opten por marginarse del sistema democrático le generará un problema adicional: la falta de representatividad.
Carta al Director publicada el 3 de Noviembre de 2008 en El Mercurio

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