martes, 10 de junio de 2014

Codelco: ¡¿Hasta cuándo paga Moya?!



Tengo mi conciencia tranquila”, dijo ayer el actual ministro de Educación ante la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados. Citado a declarar sobre una pérdida de Codelco por US$ 4.700 millones por contratos a futuro autorizados (el 2005) en su período como ministro de Hacienda, tuvo también que dar explicaciones por la sociedad Cupic, constituida en esa misma época por Codelco y la empresa China Minmetals, nada menos que en el paraíso fiscal de Islas Bermudas, y cuyos contratos podrían representar una pérdida adicional para la minera estatal de US$ 2.300 millones, además de la elusión de los impuestos correspondientes. 

Lamentablemente para él, no se trata sólo de un tema de ética o de conciencia, sino de responsabilidad política y legal por las pérdidas de Codelco cuando integraba su directorio en calidad de ministro de Hacienda en el primer gobierno de la Presidenta Bachelet. Imposible guardar silencio cuando se trata de pérdidas que casi hubieran podido financiar la tan anhelada y buscada reforma educacional…

Y es que en ese entonces, los ministros de Minería y de Hacienda integraban por ley el directorio de Codelco. Recién en 2009, su actual Estatuto Orgánico -modificado por la ley N° 20.932-, sujetó a la empresa estatal a las normas que rigen las sociedades anónimas abiertas, entre las cuales se encuentra la responsabilidad solidaria de los directores por los perjuicios que causen a los accionistas -en el caso de Codelco, ¿a todos los chilenos?-y a la sociedad que representan. En consecuencia, por esta negligencia difícil de justificar, por estas pérdidas originadas el 2005 de US$ 7.000 millones –casi el monto que pretende la actual reforma tributaria-, por esta sociedad constituida en las Islas Bermuda para eludir impuestos, responderá una vez más el conocido y ubicuo señor Moya…

Por eso, siendo Codelco la empresa estatal que explota el cobre, el sueldo de Chile, llaman la atención los recientes nombramientos de Óscar Landerretche –ingeniero comercial, Ph.D en Economía y militante del Partido Socialista- como presidente del directorio, de Laura Albornoz –abogado, doctora en derecho civil y militante de la Democracia Cristiana-  y de Dante Contreras -economista, Ph.D en Economía e independiente- como directores de la cuprífera, todos con excelentes títulos en lo académico pero sin experiencia alguna en el ámbito de la minería ni tampoco en la gestión de empresas. Esto obviamente produce una legítima inquietud de todos los chilenos con respecto al objetivo trazado por la Presidenta Bachelet en su discurso del 21 de mayo: “mejorar la competitividad de la cuprífera, para mantener el  liderazgo mundial de la principal empresa estatal chilena”.

De hecho, la diputada Paulina Núñez (RN), integrante de la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados, solicitó a la Contraloría General de la República, determine si los nombramientos de Landerretche y Contreras cumplen con la normativa vigente, requerimiento todavía pendiente. Ésta exige que para ser director de Codelco se debe "acreditar una experiencia profesional, de a lo menos cinco años continuos o no, como director, gerente, administrador o ejecutivo principal en empresas públicas o privadas, o en cargos de primer o segundo nivel jerárquico en servicios públicos".

Por otra parte, la remoción de Thomas Keller de la presidencia ejecutiva de la empresa  –supuestamente por mala relación con los sindicatos de la empresa- abre un flanco en la administración de la empresa. Si recordamos que los sindicatos de El Teniente rechazaron un bono de término de conflicto de $ 21 millones en la última negociación colectiva en febrero de este año, resultan evidentes las presiones que deberá enfrentar su sucesor respecto a la reducción de costos en la producción cuprífera.

Por eso –y habiendo descartado el timonel del directorio, Oscar Landerretche, que la decisión de su salida hubiera tenido un carácter político- el nombramiento del próximo presidente ejecutivo es de extrema relevancia. Dada la inexperiencia de los nuevos directores en materia minera, es factible que se cometan errores de las dimensiones de los perpetrados por el directorio del cual formaba parte el ex ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre.

Ayer, en la Comisión de Minería de la Cámara de Diputados, y ante la constitución de una sociedad creada para eludir impuestos durante 15 años, el actual ministro de Educación dijo -en su peculiar estilo-no estar enterado de ese contrato porque: “o estaba cazando moscas o no se informó”, pidiendo ver las actas de las sesiones del directorio para asegurarse.  Como si un director debiera responder solo de la burocracia dejada en actas, pero no de la gestión de la empresa. 


La marcha estudiantil de hoy –convocada por la Confech, Aces y Cones-, el paro nacional anunciado por el Colegio de Profesores, las protestas de la Confederación de Padres y Apoderados de colegios particulares subvencionados o el paro de alumnos de establecimientos escolares como el Instituto Nacional o del Instituto Barros Arana parecieran demostrar que el actual ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, sigue empeñado en su cacería de moscas.




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