miércoles, 12 de mayo de 2010

Necesario (re)cambio de paradigmas en La Moneda


La reconocida y comentada hiperactividad del Presidente Piñera se encuentra con sus primeras dificultades. Algunos no quieren -¿o no pueden?- seguir el acelerado ritmo del mandatario; otros, en cambio, no aceptan el orden de las prioridades establecidas por el Ejecutivo; y muchos, por último, simplemente se resisten a no figurar como protagonistas de la noticia.

Acostumbrados a dinámicas de poder basadas en la autoridad vertical del mundo privado - en que siempre existe la amenaza latente de una eventual desvinculación-, donde subalternos suelen allanarse con mayor o menor compromiso a las indicaciones de sus superiores jerárquicos, el traslado de estos paradigmas al mundo político abre numerosos flancos simultáneos. Y ese poderoso beneficio hace que las voluntades se unan y tiendan a buscar soluciones. Por esta razón, los equipos de trabajo que hasta ahora lideraba el Jefe de Estado, siempre se adecuaron a su ritmo, convirtiéndose en equipos eficientes y productivos.

Sin embargo, en política, las dinámicas de poder parecieran ser distintas. La dependencia jerárquica sólo se da sólo en determinados casos: cuando una opinión prevalece por sobre las de los demás. Fue el caso de la eliminación de la depreciación acelerada en el proyecto de financiamiento de la reconstrucción, en que la voluntad del Presidente Piñera primó sobre la opinión de sus ministros y técnicos.

Pero no siempre produce el mismo resultado cuando se trata de partidos opositores. El ambiente se ha tensionado, pasado el efímero efecto de la invitación a comer a Cerro Castillo, -hecha por el mandatario a timoneles de partidos, jefes de bancada y comité de la Concertación- para presentarles el plan fiscal de reconstrucción. Las corteses declaraciones iniciales de colaboración y buena voluntad se transformaron en duras arremetidas, buscando un claro distanciamiento con las propuestas del Gobierno.

Incluso, después de solicitar el retiro de la suma urgencia del proyecto de ley, varios parlamentarios de la Concertación -ninguno de las zonas afectadas- han manifestado sus dudas en la votación de la iniciativa legal, argumentando que los beneficios permanentes anularían los efectos provisorios. El Gobierno rechazó dicha solicitud y la ministra vocera del Ejecutivo, Ena Von Baer, reiteró el llamado a la oposición de aprobar el texto, advirtiendo que los ciudadanos evaluarán “el compromiso de cada uno de los parlamentarios con la reconstrucción de nuestro país”. Sea cual sea el resultado, no cabe duda que los jugadores ya están apostando fuerte…

A su vez, el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, se juntó a cenar con los diputados UDI y RN para aplacar las críticas al plan de financiamiento: en especial, la restricción a beneficios tributarios del DFL2 y el límite de 900 UF a los depósitos convenidos. Esta reunión es importante, ya que con precaria mayoría en la Cámara de Diputados y minoría en el Senado del oficialismo, la aprobación del proyecto podría peligrar.

Por otra parte, han habido importantes desprolijidades en la solución de las emergencias. Amenazas de movilizaciones, bonos de 100 mil pesos para reparaciones, impermeabilizaciones adicionales, han hecho ruido en la agenda nacional, afectando la imagen de la reacción gubernamental.

Como si esto fuera poco, inesperados cuestionamientos del Instituto Libertad y Desarrollo al plan de financiamiento, se suman a las críticas de Hernán Büchi, ex ministro de Hacienda de la dictadura militar y consejero de ese instituto. Además de advertir con un posible fenómeno de desafección de los partidarios, califican como un error el aumento provisorio de los tributos, ya que afectaría el crecimiento económico de Chile. Estas declaraciones provocaron una gran polémica al interior de la Alianza.

Todas estas dificultades se enfrentan al ímpetu presidencial por reconstruir nuestro país y de alguna manera reflejan que los modelos del mundo privado no se aplican a cabalidad en el ámbito político, en donde no siempre existe una dependencia jerárquica de los stakeholders. Ante la inexistencia de vínculos subordinantes reales -habituales en toda empresa u organización-, la coexistencia de legítimos intereses contrapuestos y el apresurado aprendizaje de sus nuevos roles de Gobierno, Coalición por el Cambio y Concertación, surge la necesidad de un (re) cambio de paradigmas en las comunicaciones del Poder Ejecutivo.

Actualmente, el manejo de intangibles -a los cuales la nueva administración no está acostumbrada-, contrasta con la excelente conducción que hicieron los aparatos comunicacionales de los dos últimos gobiernos. Tanto el ex presidente Lagos como la ex Presidenta Bachelet dejaron alta la vara en el ámbito comunicacional de un gobierno. Ya no bastan un par de ideas coherentes para convencer a la ciudadanía, la que se ha vuelto cada vez más exigente. Hoy no sólo importa la realidad, sino también la percepción que se tiene de ella.

Está claro que una buena labor comunicacional jamás podrá ocultar una débil gestión: tarde o temprano, siempre se descubrirá. Pero no es menos cierto que una excelente gestión jamás brillará si no la acompaña un buen desempeño comunicacional.


Columna publicada en latercera.com: http://blog.latercera.com/blog/ajiron/entry/necesario_re_cambio_de_paradigmas


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