viernes, 16 de diciembre de 2011

Los que 'no' votaron el reajuste



Fueron 56 votos a favor y 55 en contra. Sólo un voto de diferencia bastó para aprobar el proyecto del Gobierno que reajusta en un 5% las remuneraciones a trabajadores del sector público y concede bonos y aguinaldos (boletín 6087-05). Con total disciplina, la gran mayoría de los diputados se alineó con las posturas de sus conglomerados. O blanco o negro, sin matices, un juego de suma cero, el permanente gallito de fuerza entre gobierno y oposición, independiente del rol que les toque jugar…


¿Algún intento de sujetar remuneraciones del sector público a resultados? ¿Algún debate sobre la necesidad de mantener el estatuto administrativo? ¿Alguna reflexión acerca de la (in)conveniencia de que empleados públicos se rijan por Código del Trabajo, como el resto de los chilenos? ¿Propuestas para que chilenos dejemos de ser víctimas de sus paros, sin perjuicio de la legitimidad de sus demandas? ¿Planteamientos de cómo liberar -o compensar- al usuario víctima de una decisión unilateral del funcionario de un servicio estatal monopólico?


A su vez, ¿propuestas para mejorar las complejas condiciones de trabajo de los empleados públicos? ¿Alguna idea acerca de cómo revertir el sostenido crecimiento de los trabajadores a contrata en los últimos 10 años, haciendo del Estado el peor empleador en Chile? ¿Críticas al silencio cómplice de la Dirección del Trabajo, que calla una situación que no toleraría a un privado? ¿La paja en el ojo ajeno, pero no la viga en el propio? ¿Alguna fórmula para que los trabajadores estatales puedan negociar colectivamente? ¿Posibilidades de sindicalización en la administración pública?


Nada de nada, salvo un bochornoso y permanente silencio de nuestras autoridades desde el retorno a la democracia. Ni el Ejecutivo, ni el Legislativo, ni la Anef, ni cualquier otro interlocutor se han atrevido a instalar la necesidad de modernizar el aparato estatal, limitándose hasta ahora en proteger sus pequeños intereses particulares. Mejor esconder la mugre debajo de la alfombra y hacer como que no ha pasado nada, hasta que la historia se repita el próximo año. De partida, ya está más que claro que la inamovilidad del funcionario público, ha jugado, juega y seguirá jugando en contra de su estabilidad laboral, provocando un verdadero círculo vicioso. Un beneficio que inicialmente entregó seguridad al sector público, hoy se convierte en un incentivo perverso. Los cuidados del sacristán están matando al señor cura…


En los últimos 10 años, el gasto en remuneraciones del personal a contrata ha aumentado en la planilla de remuneraciones de la administración pública desde el 17, 7% (2000) al 34,5% (2010), independiente del color del gobierno de turno. ¿Se mantendrá esta tendencia hasta que se extingan los últimos viejos dinosaurios que persisten en el sector público? ¿Cuándo será el momento de abordar una reforma estructural que permita la modernización del servicio público que Chile se merece? Es discutible que ellos merezcan estar en una situación laboral mejor que el resto de los chilenos, pero también innegable que no pueden estar peor. ¿Inamovilidad vs estabilidad? Es la gran controversia que nadie se ha atrevido a explorar…


Pero una cosa es la política del avestruz del gobierno de turno y otra cosa es la representatividad de nuestros parlamentarios. El reajuste fiscal es materia de ley todos los años y debe ser votada por nuestros representantes en el Congreso. ¿Por qué 9 diputados no votaron este proyecto? No es que hayan votado a favor o en contra. Simplemente no votaron. ¿Qué fue lo que les pasó? ¿Consideraron que no era un tema importante? ¿Sienten que los funcionarios públicos no votaron por ellos, y por lo tanto, no deben representarlos? ¿Tenían otras prioridades en el momento de la votación? ¿O bien hay intereses ocultos que no convenía explicitar? Si la eterna omisión resulta dolorosa, la irresponsabilidad es inaceptable.


Por eso, conoce la votación del proyecto de ley y averigua quiénes fueron los honorables diputados que NO votaron (ni a favor ni en contra), la lista de asistencia y las causas de sus ausencias:


  • Eduardo Cerda; Valparaíso; PDC; 1990-1994, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Marta Isasi; Tarapacá; IND; 2006-2010, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Carlos Abel Jarpa; Bío Bío; PRSD; 1998-2002, 2002-2006, 2006-2010, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Fernando Meza, Araucanía; PRSD; 2006-2010, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Andrea Molina; Valparaíso; UDI; 2010-2014; Licencia Médica, pareada.


  • Manuel Monsalve; Bío Bío; PS; 2006-2010; 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Iván Norambuena; Bío Bío; UDI; 2002-2006, 2006-2010, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


  • Patricio Vallespín; Los Lagos; PDC; 2006-2010, 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia, Pareado.


  • Pedro Velásquez; Coquimbo; IND; 2010-2014; presente en sala según lista de asistencia.


¿Quién controla las inasistencias de los diputados? Nadie ¿Quién controla que los diputados no marquen su asistencia y luego se retiren? Nadie. ¿Quién controla que el honorable elegido por mí me represente? ¿Quién controla que sus gárgaras ante las cámaras de televisión se conviertan en votos de proyectos de ley que las respalden? Nadie. Como está más que claro, cero control. Por eso, urgen las reformas políticas, ante una crisis de representatividad cada vez más profunda.



Columna publicada en La Tercera Online

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