martes, 6 de septiembre de 2011

Adimark: De mal en peor



Cuando se pensaba que la desaprobación a la administración Piñera ya no podría ir peor, el Gobierno se supera a sí mismo batiendo todo record imaginable. La última encuesta Adimark es lapidaria por parejo para toda la clase política, pero grafica en especial el gran problema de esta administración: la incapacidad de construir capital político.

Siempre al debe en términos de aprobación ciudadana, este Gobierno se ha superado a sí mismo. La disminución de 3 valiosos puntos de aprobación a la forma cómo el Presidente Piñera conduce su gobierno (de 30 a 27%), contrasta con el aumento del doble de la desaprobación ciudadana (de 62 a 68%). Aún más, en Santiago los índices de desaprobación alcanzaron el 71% de los encuestados.

Por otra parte, los índices de reprobación por segmentos tampoco son benévolos: ABC1, 64%; C2, 65%; C3, 67% y D/E, 71%. En los grupos etarios, los guarismos de rechazo menos: de 18 a 24 años, 82%; de 25 a 35 años, 74%; de 36 a 55 años, 66% y de 56 y más años, 63%. En consecuencia, en todas las categorías, la desaprobación alcanza en promedio a los 2/3 de la población.

¿Qué origina esta evaluación ciudadana tan drástica en un contexto con las mejores cifras económicas en años? ¿Qué diferencia esta administración de los gobiernos de Bachelet, Lagos, incluso Frei y Aylwin, con evaluaciones más benévolas?

El contexto económico no puede ser más promisorio. Una semana atrás, el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó nuestra proyección de crecimiento económico para el 2011 al 6,5%. El último Inacer reveló un aumento de la actividad económica en once regiones del país en el segundo trimestre de 2011, con expansiones superiores al 20% en Bío Bío y Aysén. La tasa de desempleo llegó sólo al 7,5% durante el trimestre móvil mayo-julio. Para 2011, incluso se pronostica un aumento de la productividad total de factores (PTF), después de seis años de disminución permanente. Mejor escenario económico, imposible.

Sin embargo, esto no logra atenuar la antipatía que los ciudadanos le tienen al actual Gobierno. ¿Cuáles serán las causas de este fracaso gubernamental? Este gobierno -que iba a tener el mejor Presidente de Chile y que proclamó que en “20 días hemos avanzado más que otros en 20 años”- definitivamente no ha logrado captar la simpatía de la ciudadanía.

Pero no es sólo un problema del Jefe de Estado, sino de todo el Gobierno. De hecho, recién asumido el Presidente Piñera (Adimark, marzo 2010) reflejaba un índice de desaprobación para él de 18%, levemente superior a la reprobación del Gobierno (17%). Sólo 15 meses después, las cifras de rechazo han aumentado, contagiando a toda la administración Piñera: 68% el mandatario y 70% el Gobierno (Adimark agosto 2011).

La política comunicacional de este gobierno ha sido desastrosa. ¿Problema de diseño o de ejecución? Casi un año y medio después, con dos voceros de gobierno y con índices récord de desaprobación, resulta evidente que el diseño de los equipos asesores en esta área no ha estado a la altura deseada. Por otra parte, el historial de autogoles ha demostrado que la ejecución tampoco ha sido pulcra, ensuciando en forma gratuita la imagen del Gobierno e imposibilitando la acumulación de capital político.

¿Será el carácter del Presidente el que lo traiciona frecuentemente? Ante una inteligencia superior al promedio, una personalidad brillante pero individualista y una peligrosa tendencia al egocentrismo, quizás sus asesores lo han obligado a comportarse de acuerdo a cánones tradicionales, haciéndolo diluir su esencia y convirtiéndolo en una mala réplica que pierde y pierde aprobación ciudadana.

¿O quizás la responsabilidad recae en el segundo piso de La Moneda? Evidentemente, María Luisa Brahm y sus asesores no han podido estar a la altura de los equipos comunicacionales de Francisco Javier Díaz, Rodrigo Peñailillo, Ernesto Ottone, Francisco Vidal, Eugenio Tironi o Enrique Correa. No cabe duda de su mejor intención y lealtad con el mandatario, pero…por sus frutos los conoceréis…Le ha salido caro a Sebastián Piñera el contar con un equipo incompetente: 68% de desaprobación ciudadana, más el derrumbe de todos sus atributos (creíble, querido, respetado y liderazgo, percibidos en forma importante por menos del 33% de los chilenos).

Por último, el mandatario tampoco ha contado con una buena gestión comunicacional por parte de sus ministros.
La hoy día casi tierna e ingenua meta impuesta por el Presidente Piñera a fines del año pasado -que al primer trimestre de 2011 el 80% del gabinete superara el 50% de conocimiento- se ha convertido en sólo una buena intención que pavimenta el camino a la debacle…

Casi al año y medio de su mandato, la mitad de los ministros aún no supera el 50% de conocimiento por parte de la ciudadanía: María Ignacia Benítez (20%), Teodoro Ribera (22%), Rodrigo Álvarez (25%), Rodrigo Pérez (28%), José Antonio Galilea (28%), Alfredo Moreno (31%), Catalina Parot (33%), Hernán de Solminihac (41%), Carolina Schmidt (43%), Pedro Pablo Errázuriz (46%) y Cristián Larroulet (50%). El caso de los bajos guarismos de los recientes ministros Ribera y Alvarez contrasta con los índices de los también recientes ministros Longueira y Matthei. Más preocupante aún, los ministros Benítez, Pérez, Galilea, Parot y Larroulet son cada vez menos conocidos por la opinión pública...

¿A qué se debe esta desaprobación generalizada y este bajo conocimiento? ¿Cuáles son las causas de este rechazo ciudadano? Está claro que una buena comunicación nunca podrá ocultar una mala gestión. Tarde o temprano se hará evidente la falta de resultados, como lo comprobaron en cierta medida los ex presidentes Frei, Lagos y Bachelet. Pero por otra parte, es evidente que una buena gestión jamás podrá brillar sin una buena comunicación. Sin resolver el problema comunicacional, será imposible para el Gobierno identificar las otras causas del derrumbe de identificación ciudadana.



Columna publicada en La Tercera Online

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