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viernes, 27 de noviembre de 2009

La desconfianza del chileno


La encuesta “Confianza en los Sectores Altos”, realizada por la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales y Feedback, demuestra la escasa confianza que existe en la clase alta de Santiago, la clase que dirige el mundo económico, político, social y cultural de nuestro país. Existe un importante recelo hacia las autoridades, las instituciones, las empresas, las personas e incluso la familia.

La confianza interpersonal constituye un elemento de la esencia de la asociatividad, uno de los pilares que facilita el crecimiento y desarrollo de un país. Resulta necesaria, pero no suficiente, para la construcción de variables políticas, económicas, sociológicas y culturales. Pero la falta de confianza y colaboración impide y dificulta cualquier proyecto que se emprenda.

El 73% de los encuestados está de acuerdo o muy de acuerdo en que la mayoría de la gente se aprovecharía de ellos si tuviera la oportunidad de hacerlo. Y el 51% concuerda que, en general, se debe desconfiar de las personas desconocidas. Esto, en la práctica, provoca que la clase alta chilena tienda a confiar sólo en la gente que conoce, en sus “redes de confianza” que se construyen como verdaderos ghettos, privilegiando los círculos íntimos por sobre las relaciones circunstanciales, como vecinos y compañeros de trabajo.

Otra importante conclusión del estudio es que casi el 30% tiene la sensación de que permanentemente está siendo perjudicado, demostrando que ni siquiera las precauciones que toman los protegen de pagar costos en su interacción social. Esto hace que proyecten esa sensación en los demás, ya que el 68% de los encuestados -todos de clase alta- considera que los chilenos son desconfiados o muy desconfiados. Las causas de la desconfianza pueden variar, demostrando la poca diversidad que existe en nuestra sociedad: forma de hablar (36%), expresión de la cara (35%) y la ropa (16%).

Por otra parte, se cree poco en las instituciones. Esta desconfianza se expresa en los servicios que reciben, en los plazos prometidos, en el comercio y en las instituciones financieras. Además, tampoco existe confianza en las autoridades: parlamentarios (4%), alcaldes (12%), ministros de gobierno (13%), ministros de la Corte Suprema (13%), comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas (30%) y Presidenta de la República (41%).Tampoco confían en dirigentes políticos (2%), dirigentes sindicales (6%), empresarios (10%), jueces (16%), detectives (17%), sacerdotes católicos (26%), militares (43%), carabineros (52%), bomberos (82%) .

La existencia de relaciones interpersonales inadecuadas, la falta de comunicación y el estrés propio de la vorágine de la vida diaria, atentan contra las interacciones eficaces. La inserción de Chile en la comunidad internacional y su anhelo de aumentar su participación en ella, nos obliga a mejorar nuestros índices de confianza interpersonal. Sin ello, no podremos nunca constituir verdaderos equipos de trabajo capaces de enfrentar los nuevos desafíos que la globalización nos impone.

jueves, 14 de mayo de 2009

El fenómeno organizacional


En las organizaciones puede ocurrir que la irrupción de un “fenómeno” logre cambiar todas las estructuras de poder existentes dentro de una organización. Puede tratarse de una persona nueva en la empresa, de alguien recién ascendido o bien de alguien que se mantenga en su cargo, pero que aprovecha la oportunidad de un vacío de poder.

Esta persona, por regla general, puede tener muy bien definidas sus atribuciones en una descripción de cargo, en un organigrama o bien en un manual de procedimientos. Sin embargo, eso no le impide moverse con cierta holgura en el marco de sus atribuciones, gracias a una gran capacidad comunicacional.

Ante un vacío de poder, este nuevo líder aprovecha la situación para reestructurar las relaciones de poder dentro de una organización. Analiza, revisa y reorganiza procedimientos, jerarquías y equipos de trabajo, explicitando conflictos de intereses en algunos casos, y mediando para encontrar soluciones en otros.

Intenta capitalizar el descontento organizacional con un discurso antisistema, consciente del sentimiento de insatisfacción de las audiencias y se empodera a través ellas, desafiando a las autoridades formales en base a valores establecidos, aceptados y consolidados por sus seguidores. Aprovecha magistralmente cada inconsistencia entre discurso y acción de la autoridad, desarrolla un mensaje valórico intachable, basado en el “deber ser”.
El diputado díscolo

Marcos Enríquez-Ominami irrumpió este año electoral como el candidato a la presidencia de Chile más joven de la historia. Crítico con la Concertación, se plantea desde su interior –por ley tiene hasta el 12 de julio para renunciar a su partido si quiere ser candidato independiente-, aún en contra de la voluntad de las dirigencias de los partidos políticos.

Con encuestas que lo ubican entre el 1 y el 14% de las preferencias, tras Sebastián Piñera y Eduardo Frei, la carta que amenazaba con dejarlo fuera de la lista parlamentaria concertacionista tuvo efecto por un par de días. Pero Enríquez-Ominami optó por presentar su propia lista parlamentaria, integrando a toda una casta política que se siente perjudicada por las decisiones de las directivas partidistas y que incluso competirán con dos presidentes de partidos de la Concertación. “Nos vemos en la papeleta el 13 de diciembre”, le dijo Enríquez-Ominami a la Concertación.

El resultado en las encuestas ha sido atribuido a que la gente está demandando un cambio, y aunque sus contrincantes minimizan la permanencia del fenómeno, no pueden dejar de considerarlo con atención. El estilo de confrontación del candidato autodesignado es menos agresivo con las personas, pero ataca directamente a algunas conductas políticas, captando la empatía de la opinión pública. Pareciera ser que podría recoger todo el voto electoral que se encuentra cansado de la Concertación, pero desencantado con Piñera, rompiendo con bipartidismo tradicional de la política chilena.

Tras un largo período de reflexión, el senador socialista Carlos Ominami –padre adoptivo del candidato presidencial-, anunció que apoyaría a su hijo, incluso invitando a la gente a colaborar con las 36 mil firmas requeridas para la inscripción de la postulación de su hijo a La Moneda. Desde el conglomerado político gobernante, a su vez, Camilo Escalona, presidente del Partido Socialista (PS), emplazó al senador Ominami a “actuar en función de compromisos adquiridos” y apoyar al senador Frei.

En el círculo más cercano a éste estiman que, al haber excluido al candidato autodesignado de las primarias de la Concertación, se perdió la oportunidad de dejarlo fuera del camino, cuando su candidatura aún era incipiente. Pero esa marginación fue muy bien aprovechada por el “díscolo” diputado. ”. Por eso, para evitar una posible victimización, el freísmo decidió optar por esperar.

Pero el candidato Eduardo Frei sorprende a su equipo, al emplazar al senador Ominami: “Los problemas familiares todos los comprendemos, pero en política se toman decisiones y se toman opciones”. Mientras, Marcos Enríquez-Ominami coquetea con el PC y recorre las regiones promoviendo su candidatura ante la mirada dividida de los asesores del comando de Frei y la atenta observación de la Coalición por el Cambio, que ve cómo el diputado le arrebata el discurso de renovación. Incluso el diputado llega a defender a Flores por su alianza con Piñera, escudándolo de las numerosas críticas de la Concertación.
Jaque mate

Hasta ahora, los dos grandes bloques políticos se han enfrentado en un escenario más o menos conocido. De ahí las aprehensiones iniciales con respecto a la inscripción automática y voto voluntario. Pero una vez descartada su implementación para estas elecciones, los casi cuatro millones de chilenos no inscritos –el 80% de ellos entre 18 y 30 años- se convierten en una audiencia apetecible. Incluso puede suceder que la elección presidencial se defina por la capacidad de convocatoria de nuevos electores.

Como la elección puede depender de lo que hagan los seguidores de Enríquez-Ominami, en los dos principales conglomerados coinciden en que por ahora no pueden agredir al emergente candidato que los tiene descolocados, ya que necesitarán sus votos en una segunda vuelta. Este respaldo de las audiencias le ha significado, en la práctica, una total impunidad al diputado de la V Región.

Esto mismo que vemos en la política, quizás magnificado por tratarse de una elección presidencial, suele ocurrir en las organizaciones, en forma más disimulada, más sutil y más imperceptible. Siempre los vacíos de poder hacen surgir nuevos líderes, los que suelen romper con el establishment imperante, ya que tienen poco que perder, y todo por ganar.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
Gestcom
Artículo publicado en blog de sitio http://www.gestcom.cl/

viernes, 13 de marzo de 2009

Alineando competencias en la organización


¿Cómo lograr la motivación necesaria en los colaboradores, para enfrentar los desafíos que plantea el contexto actual? Muchas veces, personas reconocidas por sus conocimientos, habilidades y actitudes, no logran conformar equipos eficaces ni obtener desempeños superiores. Les falta un enfoque que aúne los esfuerzos de todos sus integrantes en las metas comunes.


Cuando un equipo de trabajo no está logrando los resultados deseados, la respuesta puede ser extremadamente simple: no sabe, no puede o no quiere. Lo difícil y complejo es hacer un buen diagnóstico, ya que muchas veces un “no quiero” es disfrazado de un “no sé” o “no puedo”. Sólo cuando una persona sabe, quiere y puede, el colaborador tiene las competencias para el cargo.


El Proyecto Sistema Nacional de Certificación de Competencias Laborales, iniciativa conjunta impulsada por la Fundación Chile, el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo SENCE y el programa ChileCalifica trata en profundidad este tema. Las competencias laborales se dividen en competencias básicas, conductuales y funcionales o técnicas.

Las competencias básicas son todas aquellas desarrolladas principalmente en la educación inicial y comprenden conocimientos y habilidades esenciales para la vida laboral. Tradicionalmente comprenden las habilidades en las áreas de lenguaje y comunicación, aplicación numérica, solución de problemas, interacción con otros y manejo creciente de tecnologías de información. Por eso, uno de los grandes desafíos de la población chilena es aumentar la actual baja comprensión lectora, según distintas mediciones nacionales e internacionales.


Parte importante de una labor profesional está constituida por las competencias funcionales o técnicas. Son aquellas requeridas para desempeñar las actividades que componen una función laboral, según la calidad y los estándares establecidos por la empresa y/o por el sector productivo correspondiente.


Las competencias conductuales, en cambio, son todas aquellas que generalmente se verbalizan en términos de atributos o rasgos personales, como es el caso de la orientación al logro, la proactividad, la rigurosidad, la flexibilidad, la innovación, etc. Dentro de estas competencias, destacan en forma importante el management , el liderazgo y el empoderamiento. Son fundamentales, ya que establecen los estilos de liderazgo deseados en las organizaciones y los niveles de responsabilidades personales, basadas en las competencias requeridas para cada cargo.


Un buen líder siempre logra que cada uno de sus colaboradores agregue valor al negocio, delegando funciones que desarrollen las capacidades de sus subalternos. Además, realiza intervenciones precisas en las competencias de su equipo, destrabando los “no sabe”, “no puede” o “no quiere”. Para esto se requiere un modelo de gestión por competencias, que permita alinear todos los esfuerzos organizacionales de los colaboradores, en pos de las metas colectivas, por áreas e individuales establecidas en el Plan Estratégico. El uso inteligente y bien intencionado de las herramientas de clima laboral y de gestión del desempeño permite enfocarse en el cumplimiento de las metas corporativas.


Un nuevo modelo de gestión integral de los recursos humanos, que incluya los sistemas de reclutamiento y selección, de desarrollo y capacitación, de compensaciones y de relaciones laborales, permite alinear a todos las personas en pos de estos objetivos. Generalmente, el compromiso es el elemento diferenciador que distingue un buen equipo de un mal grupo de personas.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente de Operaciones
DB Group
www.dbgroup.cl

martes, 10 de marzo de 2009

Liderando equipos en tiempos de crisis

En tiempos de crisis, alcanzar las metas de eficiencia y productividad se convierte en un verdadero desafío. Para lograrlo, el título de “Jefe” no basta ni tampoco los conocimientos técnicos que lo han apoyado siempre en tiempos normales.

De acuerdo al último estudio realizado por el Centro de Estudios Financieros (CEF) a 4000 empleados y publicado en el Centro para Empresas y Profesionales de Microsoft, se tipifican los diez pecados capitales que los trabajadores observan más a menudo en sus jefes. La mayoría se refieren a problemas de comunicaciones y de liderazgo.

Existen múltiples maneras de liderar un equipo de trabajo, pero todas tienen un denominador común: se debe conseguir el respeto y la admiración de los subalternos. En especial, en estos momentos de dificultad organizacional, el líder debe combinar las necesidades del negocio con la motricidad fina que requiere el capital humano. Para eso, debe convertirse en un modelo a imitar, con competencias como comunicación, empatía, relaciones interpersonales y autocontrol, que resultan fundamentales para la gestión del equipo de trabajo.

Debe saber aplicar sus conocimientos, habilidades y experiencia de una forma cercana, solidaria y empática, alineando a todos sus colaboradores en pos del objetivo común, evitando las innecesarias pérdidas de energía y de motivación. Esto contempla requisitos de fondo y de forma: 1) De fondo, ya que tiene que asegurarse que todos conozcan los objetivos colectivos y específicos de su equipo. Si pierde el foco, no está cumpliendo con su función, dejando un equipo y a sus integrantes a la deriva. 2) De forma, porque necesita continuamente estar motivando, alineando y comprometiendo a los integrantes de su equipo. En reemplazo de la típica imagen de autoridad, debe ser capaz de potenciar a cada uno de sus subalternos y de apoyarlos en la adaptación a los inevitables cambios. El clima laboral tiende a enrarecerse, ya que con las reducciones de personal muchos trabajadores tienen que asumir las funciones de los compañeros que se han ido.

El líder debe entender y aprovechar la diversidad de su equipo de trabajo, reconociendo cada uno de los elementos diferenciadores de sus componentes: edades, géneros, conocimientos, habilidades, actitudes, experiencias laborales y personales, etc. Y debe lograr que estos aportes sean reconocidos en forma colectiva dentro del clima organizacional, con el objetivo de potenciar al máximo el logro de los objetivos propuestos.


En épocas de crisis, el líder debe adaptarse constantemente a los cambios de la organización, de sus personas, del entorno y de las metodologías de trabajo, adecuando su estilo de jefatura. El tipo de liderazgo será definido en atención a las situaciones que se presenten, considerando el contexto de la organización y del mercado. En ese sentido, la flexibilidad se convierte en una cualidad poderosa. Si el jefe logra adecuar su liderazgo de acuerdo al entorno, todo su equipo tendrá un mejor desempeño, ya que obtendrá lo mejor de cada persona.

La capacitación y entrenamiento serán herramientas importantes para intervenir la cultura corporativa. El jefe deberá instruir y delegar en cada subalterno en forma efectiva, centrándose en coordinar y supervisar activamente en función de los objetivos grupales. El subalterno se sentirá apoyado cuando lo necesite, pero se sentirá empoderado y supervisado en sus funciones cotidianas. De esta forma los equipos de trabajo se consolidan, mejorando e incrementando su productividad aún en épocas de crisis.

Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom.cl/blogs/viewpost/101.html.

lunes, 9 de febrero de 2009

Liderazgo de nuevos profesionales


En esta época del año, muchas empresas contratan a profesionales recién recibidos. Estos nuevos colaboradores recién se inician en la vida laboral, pero traen características muy definidas y generales a esta nueva generación. Por ejemplo, una muy buena formación académica y un escaso desarrollo de habilidades blandas.


Un reciente estudio de Mide UC de la Universidad Católica para el Ministerio de Educación reveló que la formación superior de los profesionales universitarios dista mucho de la esperada. De partida, los recién egresados de las universidades chilenas son bastante críticos con la formación recibida, ya que aseguran no haber sido formados en habilidades blandas, idiomas y compromiso social. Ratificando lo anterior, sus potenciales empleadores les suman además graves falencias en expresión oral y escrita, en habilidades interpersonales y en adecuación al mundo laboral.


El estudio señala que las carencias más frecuentes se notan en la falta de habilidades tan necesarias como el saber identificar y resolver un problema, ser autónomos para tomar decisiones, comandar equipos de trabajo y saber expresarse correctamente en forma verbal y escrita. A pesar de que muchos de estos temas son abordados por las universidades, todavía se piensa que son habilidades innatas obtenidas en los entornos sociales o familiares, sin requerirse una preparación formal al respecto. Sin embargo, se requiere de una intervención más precisa e individual para poder desarrollarla, idealmente en el ámbito laboral en el que el profesional se va a desarrollar. En contrapartida, son descritos como activos, propositivos y globalizados, costándoles mantener la formalidad y entender las jerarquías.


Otro de los aspectos valorados al momento de la contratación, es que el recién egresado adquiera un compromiso con la calidad de su trabajo y con la empresa. En general, todo profesional requiere a lo menos de seis meses para lograr su nivel óptimo de productividad. La inversión hecha por la empresa empleadora en ese período de adaptación se pierde, si el profesional decide renunciar o no cumple las expectativas con las que fue contratado. Esta nueva generación no se queda mucho tiempo en su primer trabajo. Si antes se esperaba que duraran ocho o 10 años, hoy el ciclo se acortó a tres años e, incluso, a un año. Además, una encuesta realizada por la consultora Spencer & Stuart revela que el 51% de los profesionales jóvenes se cambiaría de inmediato de trabajo por un mejor salario, agravando el tema de retención de talentos.


En la Segunda Jornada de Gestión Universitaria organizada por la Universidad Católica, Ron Coley, Vicerrector asociado de Negocios y Servicios Administrativos de la Universidad de Berkeley en California, señaló que las universidades han descuidado el desarrollo de liderazgo. “El líder debe establecer el objetivo, la misión de la institución y transmitir eso a los demás” Recalcó la diferencia entre management y liderazgo, señalando que en el mundo de los negocios, los trabajadores tienden a hacer rutinaria su vida laboral, “cumpliendo” con su trabajo.
Por eso, el líder necesariamente debe animar a la organización, motivar sus equipos de trabajo y generar mística. Pero las nuevas generaciones no necesariamente vienen bien preparadas para esa función.


Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
www.dbgroup.cl


Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom.cl/

martes, 27 de enero de 2009

El poder de la imagen

Meteórica ha sido la carrera política de Barack Obama. En apenas diez años, logró convertirse en Senador de Illinois, vencer a la maquinaria política del Partido Demócrata y ser nombrado candidato presidencial, ser elegido Presidente de los Estados Unidos con una amplia mayoría y asumir el cargo con altos índices de popularidad. ¿Cómo logró hacer esta vertiginosa carrera?

Con una audiencia de 37,8 millones de televidentes, el juramento del Presidente Obama ha sido uno de los programas más vistos, logrando más de 35.000 notas en los principales periódicos, cadenas de TV y radioemisoras. Su campaña, elección y llegada a la Casa Blanca acumuló 717 mil menciones en prensa, TV y radio en el mundo y 254 millones en Internet. Dos millones de personas presenciaron la ceremonia de cambio de mando frente al Capitolio, sede del Congreso estadounidense.

Además, un 79% de los norteamericanos se siente optimista con sus próximos cuatro años de gobierno. Su esposa Michelle goza de un 46% de popularidad, la cifra más alta que una primera dama haya tenido en los últimos 30 años. Las cifras de aprobación de ambos se deben a mucho más que un simple encanto personal.

El Presidente de los Estados Unidos saltó a la luz pública en julio de 2004, con el discurso de apertura en la Convención Nacional Demócrata anual. Recién a fines de ese año, fue elegido Senador por Illinois. El 10 de febrero de 2007 anunció su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos y el 29 de agosto de 2008 se convirtió en el nominado del Partido Demócrata, contra todos los pronósticos que favorecían a Hillary Clinton. En las elecciones generales del 4 de noviembre de 2008, se convirtió en Presidente electo después de vencer al candidato presidencial republicano John Mc Cain y tomó posesión de sus funciones como 44º presidente el 20 de enero de 2009.

Para una trayectoria tan meteórica, se requiere la combinación de muchos factores de éxito, tanto de un sólido proyecto político como del desarrollo de una gran cantidad de habilidades blandas: liderazgo, imagen personal, comunicación, relaciones interpersonales, trabajo en equipo, capacidad de negociación, control del stress, persuasión, etc.
Sin minimizar el contenido de su programa de gobierno, ese mismo proyecto político en manos de otro candidato hubiera tenido un éxito bastante menor. Obama reúne la combinación perfecta para el éxito: contenido + delivery. Sin un buen contenido, lo más probable es que el encanto personal se desvanezca al cabo de algunas semanas y sin un buen delivery (formato), un excelente programa de gobierno puede ganar las elecciones, pero sin involucrar ni comprometer a tantos ciudadanos.

El Presidente Obama se ha destacado sobre todo por una extraordinaria capacidad comunicacional. Desde sus inicios, sin contar todavía con sus actuales asesores, logró diferenciarse de sus competidores e impactar a las audiencias. Siempre ha tenido la gran habilidad de poder interpretar los valores e intereses del electorado, incorporándolos en su discurso. De esta manera, logra una mayor comunicación con la gente, y como consecuencia, la gente confía en él, buscando fórmulas que permitan identificarse con él. La gran mayoría de las personas quisiera ser como él. En Chile, hemos sido testigos de una “obamanía” en la clase política, que ha buscado supuestos parecidos a toda costa, aún a riesgo de caer en el ridículo.

Sus principales herramientas son su potente oratoria, su discurso social, su sonrisa contagiosa, su credibilidad y facilidad para conquistar al electorado, que cruzando las líneas ideológicas de raza y de clase, unen a los electores en una sola voluntad. En un país con una gran tradición de oratoria, en que algunos discursos han cambiado la historia de la nación, motivando y movilizando a la población y convirtiéndose en referentes para las generaciones futuras, un nuevo orador ingresa a la historia.

Al discurso del presidente Abraham Lincoln en Gettysburg , la alocución inaugural del presidente John F. Kennedy (video en inglés), el discurso de Martin Luther King, “esta noche tuve un sueño”;y el discurso de Steven Jobs en la ceremonia de graduación de la Universidad de Stanford en el año 2005-, se agregan los discursos del presidente Obama: el primer discurso como presidente, el 20 de enero de 2009 (video en ingles); el discurso dado el 18 de enero, dos días antes de su asunción presidencial, frente al Lincoln Memorial , donde Martin Luther King hizo su célebre discurso; el discurso de Chicago, tras conocer su victoria en las elecciones el 5 de noviembre de 2008 años atrás; el histórico discurso en Denver el 29 de agosto de 2008 en que acepta la candidatura del Partido Demócrata a Presidente del país (video en inglés); su discurso en Filadelfia sobre el racismo el 18 marzo 2008 (video en inglés); y el discurso que lo impulsó a la fama del 27 de julio de 2004, en la apertura de la Convención Nacional Demócrata de ese año (video en inglés).

En sus discursos, el Presidente Obama recurre a frases completas, incluyendo y reforzando algunas palabras claves dentro de cada párrafo a través de la gesticulación, énfasis, tono y uso de silencios. Generalmente su lenguaje es directo, común, de uso cotidiano, pero en sus intencionales frases para el bronce combina magistralmente una retórica poética con una comprensión sublime de los significados: “Hemos escogido la esperanza sobre el miedo, la unidad sobre el conflicto y la discordia”, señalaba en su discurso inaugural, además de su ya famoso “Yes, we can”.

Su voz firme y clara lo ayuda a potenciar sus mensajes, con un ritmo musical apenas imperceptible. Los mismos discursos expuestos por Hillary Clinton o John Mc Cain hubieran sonado distintos. Su entrenamiento como abogado le entrega una excelente capacidad de argumentación, en especial cuando se trata de denunciar situaciones aceptadas por el establishment.

Su contenido es aglutinador y logra captar los intereses de sus audiencias e incorporarlos en sus discursos, haciéndolos reflexionar. Un discurso de reconstrucción nacional, no explicitado, se desprende de su mensaje de volver a los orígenes históricos de la democracia en EE.UU.
Fue capaz de aumentar el padrón electoral, producto de una campaña exitosa, dirigida en forma específica a los segmentos que antes no votaban. Comprendió la indignación del norteamericano medio con la situación económica y con la incursión de EEUU en Afganistán, más aún después de comprobarse que no existían las armas de destrucción masiva.
Su historia es tan particular, que a pesar de haberla narrado en sus principales discursos, no aburre. Aristóteles explicaba que el hombre además de ser racional, obedece también a las emociones. En consecuencia, para persuadir, un discurso debe apelar simultáneamente a tres dimensiones distintas en su audiencia: un argumento nos convence cuando sus premisas nos parecen racionales y lógicas (logos), cuando quien nos lo dice nos merece confianza (ethos) y cuando el argumento apela también a nuestras emociones (pathos). El hecho de que Obama incorpore aspectos emocionales en su historia, momentos de esfuerzo, de duda, de superación, nos hace desear escucharla una vez más. Además, el corto tiempo que lleva expuesto a la opinión pública, hace que todo sea novedad, como un símbolo de renovación, no sólo política, sino también social.

Desde un análisis comunicacional técnico, además de su gran capacidad de oratoria, destaca en él su extraordinaria habilidad para intervenir con precisión uno de los elemento de la comunicación: la simbología. Cumpliendo con el viejo adagio “una imagen vale más que mil palabras”, se encarga de ejecutar la acción comunicacional exacta, la que inmediatamente será amplificada por la cobertura de la prensa mundial, asegurándose la recepción de sus mensajes en todo el mundo. Con esto, logra potenciar al máximo su imagen, instalando en los distintos públicos los atributos deseados y cautivando no solamente a la audiencia norteamericana, sino también a la mundial.

La estrategia comunicacional presente en el proceso preelectoral, sin duda alguna, ha sido una de las más efectivas de la historia política mundial. Después del 5 de noviembre de 2008, una vez conocido su triunfo electoral, se diseñó una nueva estrategia política tendiente, ya no a captar votos, sino a construir un ambiente de cooperación, apoyo e involucramiento que permita la implementación de las profundas y quizás dolorosas medidas requeridas para superar la crisis económica, recuperar el liderazgo mundial y reconstruir la confianza del pueblo estadounidense en su Gobierno.

Durante el período de transición, algunos de los atributos incorporados o reforzados en la comunicación estratégica del nuevo mandatario, fueron los siguientes:
  1. Factor racial
  2. Juventud
  3. Accesibilidad
  4. Solidaridad
  5. Política 2.0
  6. Efectividad
Los desafíos que se le presentan al Presidente Obama son muchos: reforma de la salud, dependencia energética, energía limpia, reconstrucción del sistema bancario, reforma a la inmigración, retorno del Medio Oriente de las tropas militares, cambio climático, reconstrucción de la imagen del país, etc. Será vital para él poder contar con la colaboración de todos y cada uno de los estadounidenses. Con esa extraordinaria capacidad comunicacional, seguro que lo logra…
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
www. dbgroup.cl

Artículo publicado en sitios web http://www.gestcom.cl/ y http://www.dbgroup.cl/

miércoles, 21 de enero de 2009

Dinámicas de grupo en la política


La renovación es la política ha sido una petición constante en los últimos tiempos. Un ejemplo a seguir es la dinámica de grupo realizada por Carlos Sandoval en el encuentro político de los "Océanos Azules", grupo transversal que trabaja en la construcción de la base programática del ex Presidente Frei.


Con la participación de los 1500 asistentes que estaban en el salón Constitución del Hotel Crowne Plaza, Sandoval incorporó a todos los asistentes en una dinámica de grupo, que permitió compartir y conocerse en profundidad.


Ante los nuevos requerimientos que podrían demandar la incorporación de nuevos votantes, ¿qué habilidades blandas debieran desarrollar los líderes políticos? ¿Y sus colaboradores? ¿De qué manera podrían incorporar a más adherentes en sus actividades?
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
Artículo publicado en blog de sitio web www.gestcom.cl

La oratoria de Obama


Barack Obama es el Presidente de EE.UU. que llega con las mayores expectativas de éxito de la historia. Según un sondeo de Associated Press-GfK, el 65% de los estadounidenses opina que va a ser "mejor que el promedio" y casi un tercio que va a ser "extraordinario".
No cabe duda que su capacidad de oratoria ha sido una poderosa herramienta en su camino a la Casa Blanca. Desde su irrupción en la política, con su discurso en la apertura de la Convención Demócrata Nacional de julio del 2004, recorrió un camino que en solo cuatro años le permitió ser elegido Presidente de EE.UU.
Se puede hacer un análisis exhaustivo de las técnicas oratorias de Obama, en términos de cómo ha desarrollado una capacidad de persuasión avasalladora: gesticulación, énfasis, mirada al auditorio, lenguaje corporal, manejo de las pausas, postura, cambios de ritmos en la narración, manejo de la voz y transmisión de las emociones. Son muchas las técnicas de oratoria que maneja a la perfección.
Pero no solamente eso lo que le ha permitido cautivar a millones de personas en el mundo. La construcción de sus discursos, supervisados por el jefe de sus speechwriter, Jon Favreau, le ha permitido identificar y reconocer los intereses de las distintas audiencias ante las que se ha presentado. El desarrollo de contenidos se ha convertido en un elemento diferenciador en la oratoria de Obama, que unido a un magistral delivery, produce un resultado excepcional.
El hoy presidente electo generalmente se reúne con sus asesores políticos de distintas áreas, con quienes discuten las ideas centrales a destacar. Luego, los speechwriters convierten esas ideas en discursos adecuados a las audiencias destinatarias, empalabrándolas e incorporando los contenidos emocionales que sean necesarios. Preparan un borrador inicial, el que es revisado y corregido por los asesores políticos. Después de eso, el texto tentativo es presentado a Obama, quién le hace los ajustes finales. Para esto, se reúne con Favreau y analizan el discurso, mientras éste último toma nota de sus comentarios. Finalmente el speechwriter hace las últimas correciones, dándole la forma definitiva.
Después de una serie de brillantes discursos, como los dados en Denver o Chicago, o temas específicos, como su discurso sobre el racismo, existen muchas expectativas sobre su primer discurso presidencial, el que será entregado cuando asuma la presidencia de EE. UU., en una ceremonia que promete convertirse en un hito histórico.
¿Sobre qué fortalezas construyó Obama su oratoria? ¿Cuáles son habilidades innatas y cuales son adquiridas? ¿Qué tanto importa a estas alturas?

Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
www.dbgroup.cl

Artículo publicado en blog de sitio web http://www.gestcom.cl/

viernes, 12 de diciembre de 2008

El adiestramiento en el ambiente de trabajo


El desarrollo del capital humano permite lograr una mejor calidad y eficiencia en la empresa. Para esto, muchas veces la capacitación no es suficiente, sino que se requiere un adiestramiento directo en el ambiente de trabajo.

En el caso de las competencias conductuales, la teoría puede ser absolutamente distinta a la práctica. La falta de un contexto definido dificulta la aplicación de la teoría del liderazgo, de las relaciones interpersonales, del trabajo en equipo o de la comunicación. Ante un entorno que no es céteris paribus, la implementación de las habilidades blandas en la vida real puede requerir de una precisión mayor que en el discurso académico. La interacción con las audiencias siempre presenta un desafío permanente.

El acompañamiento de un coach permite la observación directa, inmediata e in situ. Esto facilita una revisión en privado y un posterior análisis de los comportamientos en estudio. Una vez examinados, se identifican las brechas y se diseñan los planes de acción para superarlas.

Generalmente las conductas en el ámbito de la inteligencia social son influenciadas por las culturas organizacionales. Cuando las acciones no son las deseadas, es de vital importancia definir sus causas con exactitud de manera de realizar las intervenciones necesarias para evitar su repetición.

De ahí la importancia de la observación directa y del adiestramiento dentro del mismo entorno laboral.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB GROUP
Artículo publicado en blog sitio web http://www.gestcom.cl/