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martes, 10 de marzo de 2009

Liderando equipos en tiempos de crisis

En tiempos de crisis, alcanzar las metas de eficiencia y productividad se convierte en un verdadero desafío. Para lograrlo, el título de “Jefe” no basta ni tampoco los conocimientos técnicos que lo han apoyado siempre en tiempos normales.

De acuerdo al último estudio realizado por el Centro de Estudios Financieros (CEF) a 4000 empleados y publicado en el Centro para Empresas y Profesionales de Microsoft, se tipifican los diez pecados capitales que los trabajadores observan más a menudo en sus jefes. La mayoría se refieren a problemas de comunicaciones y de liderazgo.

Existen múltiples maneras de liderar un equipo de trabajo, pero todas tienen un denominador común: se debe conseguir el respeto y la admiración de los subalternos. En especial, en estos momentos de dificultad organizacional, el líder debe combinar las necesidades del negocio con la motricidad fina que requiere el capital humano. Para eso, debe convertirse en un modelo a imitar, con competencias como comunicación, empatía, relaciones interpersonales y autocontrol, que resultan fundamentales para la gestión del equipo de trabajo.

Debe saber aplicar sus conocimientos, habilidades y experiencia de una forma cercana, solidaria y empática, alineando a todos sus colaboradores en pos del objetivo común, evitando las innecesarias pérdidas de energía y de motivación. Esto contempla requisitos de fondo y de forma: 1) De fondo, ya que tiene que asegurarse que todos conozcan los objetivos colectivos y específicos de su equipo. Si pierde el foco, no está cumpliendo con su función, dejando un equipo y a sus integrantes a la deriva. 2) De forma, porque necesita continuamente estar motivando, alineando y comprometiendo a los integrantes de su equipo. En reemplazo de la típica imagen de autoridad, debe ser capaz de potenciar a cada uno de sus subalternos y de apoyarlos en la adaptación a los inevitables cambios. El clima laboral tiende a enrarecerse, ya que con las reducciones de personal muchos trabajadores tienen que asumir las funciones de los compañeros que se han ido.

El líder debe entender y aprovechar la diversidad de su equipo de trabajo, reconociendo cada uno de los elementos diferenciadores de sus componentes: edades, géneros, conocimientos, habilidades, actitudes, experiencias laborales y personales, etc. Y debe lograr que estos aportes sean reconocidos en forma colectiva dentro del clima organizacional, con el objetivo de potenciar al máximo el logro de los objetivos propuestos.


En épocas de crisis, el líder debe adaptarse constantemente a los cambios de la organización, de sus personas, del entorno y de las metodologías de trabajo, adecuando su estilo de jefatura. El tipo de liderazgo será definido en atención a las situaciones que se presenten, considerando el contexto de la organización y del mercado. En ese sentido, la flexibilidad se convierte en una cualidad poderosa. Si el jefe logra adecuar su liderazgo de acuerdo al entorno, todo su equipo tendrá un mejor desempeño, ya que obtendrá lo mejor de cada persona.

La capacitación y entrenamiento serán herramientas importantes para intervenir la cultura corporativa. El jefe deberá instruir y delegar en cada subalterno en forma efectiva, centrándose en coordinar y supervisar activamente en función de los objetivos grupales. El subalterno se sentirá apoyado cuando lo necesite, pero se sentirá empoderado y supervisado en sus funciones cotidianas. De esta forma los equipos de trabajo se consolidan, mejorando e incrementando su productividad aún en épocas de crisis.

Artículo publicado en sitio web http://www.gestcom.cl/blogs/viewpost/101.html.

lunes, 12 de enero de 2009

La comunicación de un plan de reactivación


No resulta fácil anunciar un plan de reactivación. Por un lado debe generar confianza en la ciudadanía respecto a la capacidad gubernamental para paliar los aspectos negativos de la crisis, pero por otro lado, debe contener el crecimiento desmedido de expectativas de sectores específicos. Después de un año plagado de demandas sectoriales, la comunicación del plan reactivador requiere de ciertos cuidados.

El paquete de medidas anunciado por la Presidenta Bachelet generó aprobación y consenso dentro del espectro político nacional y en la ciudadanía en general. Actores tan diversos como la secretaria general de Renovación Nacional, Lily Pérez, el presidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, el timonel del PPD, Pepe Auth y el presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, Rafael Guilisasti tuvieron buenos comentarios sobre el plan de reactivación.

El anuncio de un plan de medidas económicas siempre despierta nuevas expectativas para los distintos sectores económicos. De partida, debe generar confianza en la población sobre su efectividad en atenuar los efectos de la crisis. El mensaje debe tener la credibilidad necesaria como para que no sea considerado sólo como una declaración más de intenciones. En esta oportunidad, era necesario revertir el ambiente de pesimismo que existía en nuestro país.

Por otra parte, grupos de presión pueden tratar de hacer valer sus intereses particulares e incluso intentan obtener privilegios sectoriales en la asignación de recursos del plan económico. Siempre quedan expectativas no cubiertas, que generan críticas sobre el plan. Después de un año en que muchos grupos de presión hicieron prevalecer sus intereses sectoriales (Colegio de Profesores, Anef, subcontratistas Codelco, INP, etc.) por sobre los intereses nacionales, resulta normal el surgimiento de nuevas demandas, como es el actual caso de los productores de trigo.

En este caso, este es el octavo plan que el gobierno de Bachelet anuncia para estimular la actividad económica. Es el mayor plan reactivador presentado en Chile, con un presupuesto de 4.000 millones de dólares. Fue presentado por la propia mandataria, en una cadena voluntaria de televisión y radio. Así, muchos de los atributos de la mandataria fueron traspasados al anuncio del plan. La presidenta informó que el plan busca generar 100.000 nuevos puestos de trabajo y un crecimiento económico durante 2009 de entre 2 y 3%.

En cuanto al contenido, se incluyeron 11 medidas de distintas áreas, dirigidas tanto a las personas como a los sectores económicos. La medida más controvertida del paquete gubernamental fue el aumento de capital por 1.000 millones de dólares para la minera estatal Codelco, con el objeto de financiar un plan de inversiones. En este último tiempo, ha existido un importante debate acerca de la estructura de costos y productividad de la empresa.

El desembolso de recursos hará crecer el gasto fiscal chileno de forma récord y llegará a un 10,7% real, muy por arriba del 5,7% previsto en octubre, en un año en que se realizan elecciones en Chile. Por eso, en un año de elecciones el anuncio de un plan de reactivación presenta un desafío comunicacional adicional: cualquier medida puede ser interpretada como una intervención electoral. Sin embargo, el resultado final del proceso comunicacional fue un amplio consenso.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
Artículo publicado en sitios web www.gestcom.cl y www.dbgroup.cl

La capacitación en las medidas gubernamentales

Dentro del amplio paquete de medidas económicas que acaba de lanzar el Gobierno por más de US$ 4.000 millones, figura un incentivo a la capacitación. El capital humano representa uno de los grandes desafíos que Chile debe superar para convertirse en un país desarrollado.

El anuncio de un ambicioso y agresivo plan busca combatir el rápido deterioro de las expectativas del mundo privado, que ha optado por postergar proyectos, disminuir inversiones y rebajar dotaciones de persona. El paquete, que incluye 11 medidas, abarca distintas áreas.

Entre ellas viene un estímulo a la capacitación que se expresa en dos acciones concretas:
1. Reajuste del valor máximo subsidiado por la franquicia tributaria Sence.
2. Descuento mensual del gasto en capacitación del PPM de las empresas.

La llegada de la crisis requiere una revisión de las expectativas de corto y mediano plazo, y todas las organizaciones requieren de una adecuación de sus estrategias. Si los pronósticos cambian, necesariamente las estrategias deben adecuarse a este nuevo escenario. Para su evaluación y rediseño, se necesitará de tiempo y esfuerzo.

Ante la disminución de la actividad, surge la oportunidad de aprovechar el momento para identificar las oportunidades de mejora, eliminando las fuentes de fuga de energía organizacional. Antes de incurrir en despidos innecesarios que más tarde se pueden lamentar, sería conveniente invertir en capacitación de los colaboradores, aprovechando su mayor disponibilidad de tiempo. El desarrollo del capital humano de la organización podrá convertirse en una ventaja competitiva en el futuro. Más aún, si dentro del plan de reactivación se incluyen algunas medidas relativas a la capacitación.

Con estas medidas, debería aumentar la capacitación de los trabajadores de las empresas, reforzando y agregando valor al capital humano de la organización.

Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
www.dbgroup.cl

Artículo publicado en sitio web www.gestcom.cl y www.dbgroup.cl