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martes, 3 de febrero de 2009

La comunicación de un despido


La crisis económica ha motivado la paralización o postergación de muchas obras y proyectos, con la consiguiente desvinculación de trabajadores. En época de crisis, la comunicación del despido de colaboradores siempre requiere de una atención especial, tanto para los que se van como para los que se quedan.

Tanto a nivel mundial como en nuestro país, ha comenzado una ola de despidos. Sólo en enero fueron recortados más de 210.000 puestos de trabajo en EE. UU., los que se suman a los 524.000 perdidos en diciembre. En Chile, la desocupación del Gran Santiago en diciembre alcanzó un 9,7%, acercándose peligrosamente a la emblemática cifra de los dos dígitos.Siempre es necesario tomar los resguardos en términos humanos respectos a quienes están siendo despedidos. Son trabajadores que han trabajado en nuestra empresa, prestando sus servicios profesionales y colaborando con los objetivos de la organización. En estas situaciones, la forma de comunicar (el “cómo”), puede ser tan o más doloroso que el mensaje (el “qué”).

Para la empresa, siempre es una pérdida del talento de la organización. Puede ser que en el futuro se requieran nuevamente los servicios profesionales de trabajadores capacitados y con experiencia en el rubro. Por eso, se recomienda que antes de tomar decisiones irreversibles en cuanto a gestión del capital humano, se estudien y revisen otras alternativas de reducción de costos de la organización.

Es importante tener presente que son personas que fueron seleccionadas para trabajar en nuestras organizaciones por sus competencias (conocimientos, habilidades y actitudes), las que todavía siguen vigentes. Además fueron capacitadas y entrenadas para integrarse a la cultura organizacional. Lamentablemente con motivo del momento actual, los objetivos han tenido que adecuarse al nuevo entorno económico, cambiando todas las prioridades.

Pero esta decisión no sólo afecta a los colaboradores finiquitados, sino también impacta a los trabajadores que continúan en la empresa. El clima laboral decae inmediatamente, producto del creciente temor a perder el empleo, obstaculizando - e impidiendo a veces-, el surgimiento de nuevos liderazgos y de un trabajo en equipo coordinado, que permita enfrentar las amenazas del entorno y aprovechar las nuevas oportunidades.Muchos trabajadores suelen quejarse de la forma en que sus compañías gestionan los momentos de crisis, señalando que se enteran de los hechos por rumores o la prensa. Otra queja frecuente es que los departamentos de Recursos Humanos y asesores legales no logran "sintonizar" con los trabajadores.

Por eso, para hacer frente a las externalidades que conlleva una crisis económica, las organizaciones requieren poner especial atención a la gestión del talento, para así poder superar la crisis económica con el menor costo posible.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente Comercial
DB Group
Artículo publicado en sitio web www.gestcom.cl.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Una comisión más




Suspicacia despierta el anuncio de Gobierno sobre la conformación de una comisión pro empleo. Son varias las comisiones que han analizado temas en profundidad y propuesto acciones que nunca han sido implementadas.

En diciembre de 2006, el Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación, comisión compuesta por 81 integrantes de diversas tendencias, después de seis meses de labor presentó su informe final con varios planteamientos concretos. Sus principales acuerdos no fueron contemplados en el proyecto de ley que ahora se encuentra en el Congreso.

El Consejo Asesor Presidencial Trabajo y Equidad también entregó un informe final en mayo de este año –tras ocho meses de trabajo-, recomendando la aplicación de un paquete de medidas, entre ellas, un subsidio de sueldos hasta $ 300.000, cambios en la negociación colectiva, flexibilidad laboral y capacitación laboral. Estas medidas tampoco fueron desarrolladas, a pesar de la urgencia de creación de políticas públicas que atenúen la desigualdad social en Chile.

Surge la legítima duda de si las comisiones constituyen una nueva e inclusiva forma de solucionar problemas de interés nacional, o bien sólo una estrategia comunicacional dirigida a apaciguar la opinión pública.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom
Carta publicada en La Tercera el 17 de diciembre de 2008.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Se acabó la fiesta


“El crecimiento de sólo 1,6% del último trimestre de la economía estadounidense, precipitada por la caída del mercado inmobiliario y la menor presión de los precios del petróleo, ha sido el catalizador de la tranquilidad actual y de las mejoras en las bolsas del mundo. Pero una cifra tan moderada, ¿no debiera ser una nueva preocupación, ya que frenándose Norteamérica, el mundo entero caería en recesión, tal como lo han pronosticado algunos?”
Hernán Büchi, El Mercurio, 7 de Noviembre de 2006.


Si en el año 2006, un ex ministro de Hacienda de Chile planteaba en su columna de opinión la posibilidad de una recesión en Norteamérica y en el mundo (1), seguramente eran muchos más en el orbe los que visualizaban esa posibilidad.

La previsibilidad de la crisis económica había surgido con fuerza en medios especializados. El colapso de la “burbuja inmobiliaria” era algo que se veía venir. Ya en el año 2007, el rol de las clasificadoras de riesgos había sido cuestionado (2). Una crítica recurrente es que las autoridades del Gobierno de EE.UU no supieron prever esta crisis, ni manejar la emergencia, ni tampoco liderar una solución. ¿Pero cual fue el rol de los medios de comunicación masiva (MCM) en la cobertura de la crisis económica? Desde mi punto de vista, planteo considerar tres etapas en el flujo de los acontecimientos:

I. Crisis subprime (9 Agosto 2007 hasta 15 Septiembre 2008):

Desde agosto del 2007, la crisis hipotecaria se extiende en los mercados financieros estadounidenses. A pesar de ser una crisis previsible y estudiada en extenso por los medios especializados, en mi opinión faltó un análisis más profundo, más conformador, por parte de los medios de comunicación masiva. Como señala James W. Carey en su obra, los MCM tienden a limitarse a entregar un conjunto de historias aisladas (3). Escasearon descripciones finas e interpretaciones que permitieran explicar esta crisis a la opinión pública. Los análisis más importantes se perdieron deslizados en fragmentos diarios, desconectados de un marco narrativo, refiriéndose solamente a una crisis hipotecaria Pero si bien el área inmobiliaria representaba solamente el 6% del producto estadounidense, concentraba el 50% de la riqueza de las personas y el 40% del sistema bancario por las hipotecas (4). El ciudadano común y corriente no pudo descubrir el “cómo” y el “porqué” de la crisis financiera en este cúmulo de artículos individuales no integrados en un marco coherente. Los MCM no cumplieron su rol mediador de hacer comprensible y accesible a la opinión pública la crisis económica que venía incubándose dentro de la crisis subprime. El periodismo de los MCM no siempre es capaz de dar forma a los acontecimientos, ni de determinar motivos, establecer causas, predecir consecuencias y estimar significados, como señala James W. Carey (5).

Aún por tratarse de una crisis de confianza en los mercados financieros, en que la transmisión de la situación podía generar un círculo vicioso, el deber de los MCM es informar acerca de los acontecimientos que representan un cambio para un gran número de personas. Pienso que los MCM subestimaron la magnitud de la crisis, radicándola solamente en una crisis hipotecaria, sin prever los efectos que iba a originar.

II. Corrida bancaria (15 Septiembre 2008 hasta 3 Octubre 2008)

El 15 de septiembre Lehman Brothers, el cuarto banco en USA y con 158 años de trayectoria, se declaró en quiebra. Fue una señal potente, ya que era el tercer banco de inversión que desaparecía o cambiaba de mano en seis meses en USA. Ahí recién los hechos dejaron de ser historias aisladas y pasaron a relacionarse entre sí. No obstante la gravedad de la crisis financiera, el 30 de septiembre la Cámara de Representantes de EE.UU. rechazó el plan inicial de rescate financiero presentado por George W. Bush.

Este plan consistía en un presupuesto de 800 mil millones de dólares para comprar activos de las instituciones financieras del país. Sin embargo, el rechazo evidenció que todavía había gente que no creía en esa solución o bien intentaba sacar provecho político de la situación, contraviniendo incluso las indicaciones de la Casa Blanca, del Tesoro y del candidato Mc Cain. En la primera votación, el proyecto presentado fue rechazado en la Cámara Baja por 133 representantes republicanos y 95 demócratas, con votos a favor de 140 demócratas y 65 republicanos. Nancy Pelosi, presidente demócrata de la Cámara de Representantes le envió un duro mensaje a Wall Street: “Se acabó la fiesta”.

Surge de inmediato una interrogante: los representantes “díscolos” –que al parecer también hay en EE.UU.- se rebelaron en contra de sus partidos políticos porque ¿(no) creían en el plan o intentaban sacar provecho político? Dada la urgencia de la situación, de la necesidad imperiosa de una señal para los mercados financieros, de un indicio potente que señalara el camino a seguir a las otras potencias económicas, el rechazo al plan provocó un total desconcierto y pánico en el mundo financiero.

En esta etapa, los MCM cumplieron su rol de mediación de la información analizando la situación como un corpus e informando a la opinión pública. Hubo un análisis de las causas, surgieron interpretaciones de los motivos, se predijeron consecuencias y se estimaron distintos significados, entre ellos, el riesgo de que la crisis financiera se traspasara a la economía real. Considero que faltó un desarrollo más profundo de las motivaciones (el “why”) de los legisladores para votar a favor o en contra del plan financiero, afectando a millones de personas, incluso fuera de EE.UU.

III. Aprobación planes de rescate financieros (3 Octubre 2008 a la fecha)

La gravedad de la situación y el interés general de la comunidad internacional impulsó a los MCM a un mayor análisis dentro de un marco coherente. Han explicado los acontecimientos, jerarquizado los hechos, dado un sentido a la noticia, desarrollando un periodismo que integra las diferentes dimensiones de la realidad y verdaderamente conformador, cumpliendo con su rol de mediación de acuerdo a lo planteado por Eliana Rozas (6). En cuanto ese hecho social altera nuestra propia habitualidad y con ella el ámbito comunitario de nuestros usos, ese hecho social entraña y exige información, como señala Pedro Lozano (7). Finalmente, el 3 de octubre Estados Unidos aprobó el plan de rescate del sistema bancario por 700 mil millones de dólares, con 263 votos a favor versus 171 en contra, cantidad todavía importante, pero insuficiente para impedir su aplicación. La noticia fue inmediatamente seguida por las restantes grandes potencias económicas.

Hoy día los MCM han logrado comunicar el acontecer de la crisis económica, haciendo partícipe a toda la comunidad internacional. En lugares tan remotos, como Chile por ejemplo, las personas han incorporado el tema de la crisis económica en sus decisiones, como lo demuestra un reportaje publicado por La Tercera el domingo 12 de octubre (8): un tercio de los chilenos posterga decisiones de gasto por la crisis. Esta misma situación se debe estar repitiendo en numerosos países del mundo. En conclusión, la comunidad internacional ha sido hecha partícipe del tema de la crisis económica. Presidentes de naciones, empresarios y ciudadanos han incorporado en sus rutinas diarias la crisis económica, advertidos por los medios de comunicación masiva.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom