
“El crecimiento de sólo 1,6% del último trimestre de la economía estadounidense, precipitada por la caída del mercado inmobiliario y la menor presión de los precios del petróleo, ha sido el catalizador de la tranquilidad actual y de las mejoras en las bolsas del mundo. Pero una cifra tan moderada, ¿no debiera ser una nueva preocupación, ya que frenándose Norteamérica, el mundo entero caería en recesión, tal como lo han pronosticado algunos?”
Hernán Büchi, El Mercurio, 7 de Noviembre de 2006.
Hernán Büchi, El Mercurio, 7 de Noviembre de 2006.
Si en el año 2006, un ex ministro de Hacienda de Chile planteaba en su columna de opinión la posibilidad de una recesión en Norteamérica y en el mundo (1), seguramente eran muchos más en el orbe los que visualizaban esa posibilidad.
La previsibilidad de la crisis económica había surgido con fuerza en medios especializados. El colapso de la “burbuja inmobiliaria” era algo que se veía venir. Ya en el año 2007, el rol de las clasificadoras de riesgos había sido cuestionado (2). Una crítica recurrente es que las autoridades del Gobierno de EE.UU no supieron prever esta crisis, ni manejar la emergencia, ni tampoco liderar una solución. ¿Pero cual fue el rol de los medios de comunicación masiva (MCM) en la cobertura de la crisis económica? Desde mi punto de vista, planteo considerar tres etapas en el flujo de los acontecimientos:
I. Crisis subprime (9 Agosto 2007 hasta 15 Septiembre 2008):
Aún por tratarse de una crisis de confianza en los mercados financieros, en que la transmisión de la situación podía generar un círculo vicioso, el deber de los MCM es informar acerca de los acontecimientos que representan un cambio para un gran número de personas. Pienso que los MCM subestimaron la magnitud de la crisis, radicándola solamente en una crisis hipotecaria, sin prever los efectos que iba a originar.
II. Corrida bancaria (15 Septiembre 2008 hasta 3 Octubre 2008)
Este plan consistía en un presupuesto de 800 mil millones de dólares para comprar activos de las instituciones financieras del país. Sin embargo, el rechazo evidenció que todavía había gente que no creía en esa solución o bien intentaba sacar provecho político de la situación, contraviniendo incluso las indicaciones de la Casa Blanca, del Tesoro y del candidato Mc Cain. En la primera votación, el proyecto presentado fue rechazado en la Cámara Baja por 133 representantes republicanos y 95 demócratas, con votos a favor de 140 demócratas y 65 republicanos. Nancy Pelosi, presidente demócrata de la Cámara de Representantes le envió un duro mensaje a Wall Street: “Se acabó la fiesta”.
Surge de inmediato una interrogante: los representantes “díscolos” –que al parecer también hay en EE.UU.- se rebelaron en contra de sus partidos políticos porque ¿(no) creían en el plan o intentaban sacar provecho político? Dada la urgencia de la situación, de la necesidad imperiosa de una señal para los mercados financieros, de un indicio potente que señalara el camino a seguir a las otras potencias económicas, el rechazo al plan provocó un total desconcierto y pánico en el mundo financiero.
En esta etapa, los MCM cumplieron su rol de mediación de la información analizando la situación como un corpus e informando a la opinión pública. Hubo un análisis de las causas, surgieron interpretaciones de los motivos, se predijeron consecuencias y se estimaron distintos significados, entre ellos, el riesgo de que la crisis financiera se traspasara a la economía real. Considero que faltó un desarrollo más profundo de las motivaciones (el “why”) de los legisladores para votar a favor o en contra del plan financiero, afectando a millones de personas, incluso fuera de EE.UU.
III. Aprobación planes de rescate financieros (3 Octubre 2008 a la fecha)
La gravedad de la situación y el interés general de la comunidad internacional impulsó a los MCM a un mayor análisis dentro de un marco coherente. Han explicado los acontecimientos, jerarquizado los hechos, dado un sentido a la noticia, desarrollando un periodismo que integra las diferentes dimensiones de la realidad y verdaderamente conformador, cumpliendo con su rol de mediación de acuerdo a lo planteado por Eliana Rozas (6). En cuanto ese hecho social altera nuestra propia habitualidad y con ella el ámbito comunitario de nuestros usos, ese hecho social entraña y exige información, como señala Pedro Lozano (7). Finalmente, el 3 de octubre Estados Unidos aprobó el plan de rescate del sistema bancario por 700 mil millones de dólares, con 263 votos a favor versus 171 en contra, cantidad todavía importante, pero insuficiente para impedir su aplicación. La noticia fue inmediatamente seguida por las restantes grandes potencias económicas.
Hoy día los MCM han logrado comunicar el acontecer de la crisis económica, haciendo partícipe a toda la comunidad internacional. En lugares tan remotos, como Chile por ejemplo, las personas han incorporado el tema de la crisis económica en sus decisiones, como lo demuestra un reportaje publicado por La Tercera el domingo 12 de octubre (8): un tercio de los chilenos posterga decisiones de gasto por la crisis. Esta misma situación se debe estar repitiendo en numerosos países del mundo. En conclusión, la comunidad internacional ha sido hecha partícipe del tema de la crisis económica. Presidentes de naciones, empresarios y ciudadanos han incorporado en sus rutinas diarias la crisis económica, advertidos por los medios de comunicación masiva.
Andrés Jirón Santandreu
Gerente General
GestCom
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